Jugar no es solo cosa de niños

Los adultos también tienen una "excusa" para jugar sobre todo, si sus preferencias se inclinan por aquellos que les exigen mayor trabajo mental. 

Quien lo creyera pero además de diversión, el juego es un factor protector de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, por ejemplo. Desarrolla a su vez, los procesos de memoria y aprendizaje, aumenta los niveles de oxígeno en el cerebro y mejora el metabolismo, así lo explica Carlos Andrés Villegas, médico doctorado en neurociencias e investigador de la Universidad de Antioquia. 

Y aunque no hay una recomendación específica sobre cuánto tiempo dedicarle a su práctica, los expertos sugieren crear una rutina diaria para mantenerse activo y muy importante, que no implique apuestas para que posteriormente no se convierta en ludopatía. 

Control de las emociones 
Reducción del estrés y los niveles de ansiedad, incremento de la creatividad y la posibilidad de activar la producción de dopamina a nivel cerebral, son otras de las bondades del juego, según el neurólogo Luis Alfredo Villa. 

Y es que la dopamina activa en el ser humano el fenómeno de recompensa, por eso Villa asegura que juegos sencillos, como la lotería, entre niños y adultos despierta gratificación y al mismo tiempo potencia actividades intelectuales. 

"En los niños el juego casi siempre va acompañado de actividad física. En los adultos es más sedentario pero si tienen algún nivel de reto intelectual tiene beneficios", dice. 

Los videojuegos pese a que en muchas ocasiones se han considerado adictivos no pueden descartarse del todo, nuevamente se dice que los que impliquen un reto mental sí aportan beneficios. 

Ventajas empresariales 

Bajo esta premisa Lego creo la metodología Lego Serious Play orientada a incrementar el desempeño laboral y la innovación en los ambientes laborales. 

Para Carlos Fernando Ramírez, facilitador certificado de la metodología Lego Serious Play, lo que el juego permite es la aparición de nuevas ideas que quedan para que la empresa pueda usarlas en el futuro, ideas que se salen de la norma, fuera de lo convencional y que por temor muchas veces no se socializan. 

"Bajo esta metodología de juego el cerebro se defiende menos y muestra más quiénes somos a nivel inconsciente, incluyendo las ideas y el potencial oculto en nosotros. Trabajamos con el cerebro límbico que se comunica en imágenes", explica Ramírez. 

A nivel corporativo, el especialista recomienda practicar este tipo de juegos con el equipo de trabajo para lograr mejores resultados. 

Así las cosas aprender o desarrollar ciertas habilidades jugando hace que el asunto sea más divertido, más rápido y que permanezca por más tiempo almacenado en el cerebro. Entonces jugar, jamás será solo una cosa de niños.