Salud


La osteoporosis: “asesino silencioso” que amenaza a mujeres jóvenes

MÓNICA MEZA ALTAMAR

13 de mayo de 2018 12:00 AM

Sin sentir dolor, e incluso siendo joven, en este momento sus huesos pueden estar adelgazándose, debilitándose, y si no inicia ya una dieta saludable y un adecuado consumo de calcio, usted puede ser víctima del “asesino silencioso”: la osteoporosis.

Así se refiere a esa enfermedad Jesús David Vanegas Rico, gestor social de la Fundación Colombiana de Osteoporosis, quien sostuvo a El Universal que al 70 % de la población atacada por la osteoporosis “no le duelen los huesos”. Por lo general, el paciente se entera que la padece cuando sufre alguna fractura. Es irreversible.

Lo más grave -aseguró Vanegas- es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 75 % de la población adulta mayor de 45 años, es decir, quienes hoy tienen de 20 a 30 años, sufrirán osteoporosis en 2050. “La alarma está puesta pero el Gobierno nacional no tiene una política clara frente a la enfermedad, y solamente hay dos instituciones que trabajamos por el tema. De ahí nace la necesidad del desarrollo extramural, de poder llevar a diferentes regiones la prevención y detección de la osteoporosis”.

En esta ciudad, la fundación bumanguesa ha realizado dos campañas gratuitas (el 16 de mayo culmina la tercera), las cuales le han permitido determinar qué enfermedades de los huesos están atacando a los cartageneros.

“Estamos detectando picos más altos en la osteopenia, y sobre todo en mujeres menores de 36 años, por el comportamiento alimenticio y también porque hay mucho embarazo juvenil. Cuando una mujer está embarazada, el cuerpo succiona el calcio de los huesos y de ahí da el aporte necesario de calcio para que el niño cree sus huesos. Entonces, al haber unas tasas tan altas de embarazo en jóvenes de 16 a 24 años, se presenta la descalcificación a estas edades”, dijo Vanegas.

Cabe recordar que según el informe Calidad de Vida 2016, de Cartagena Cómo Vamos, ese año hubo 3.643 partos en adolescentes de 10 a 19 años. En 2015 fueron 3.707 y en 2014, 4.072.

Los más vulnerables

El estrato socioeconómico también juega un papel clave en la aparición de enfermedades óseas, en especial cuando se está en una edad avanzada.

“A la edad de nosotros tenemos que estar cuidando nuestro cuerpo, nuestros huesos. Como siento dolencias en las coyunturas de los brazos, ni puedo recostar el brazo porque del codo a los dedos me corre como un calambre, una electricidad, que tengo que quitar el brazo; vine a la campaña de la fundación”, dijo Benilda Martínez, de 72 años.

Ella vive en el barrio Olaya Herrera y en la mañana del martes se desplazó a la Unidad Primaria de Atención (UPA) Líbano, para participar de la campaña gratuita “Un diagnóstico a tiempo puede salvar tus huesos”.

Afirmó que “me dijeron que tengo deficiencia de calcio en los huesos, y me mandaron unos medicamentos para que tome el calcio. Tengo fe en que eso calmará mis dolencias”.

Como Benilda, en la Costa hay muchos adultos mayores de estratos 1 y 2 vulnerables a desarrollar enfermedades en los huesos, “y es porque muchas veces no pueden acceder a una buena dieta alimenticia, no pueden disfrutar de una porción de pescado y en su diario vivir hay huevo, arroz, agua de panela, pan, y se dan por bien servidos si alcanzan a consumir esto”, explicó el gestor social de la Fundación Colombiana de Osteoporosis.

Añadió que “en el interior la dinámica no es diferente, pero hay mayor acceso a leche, queso, cuajada. En estratos 1 y 2 las personas muchas veces no tienen dinero, pero ingieren alimentos más sanos, tienen gallinas, vacas; se les facilita ir a una plaza de mercado a comprar algo y no tienen que invertir en transportes.

“En Cartagena la persona de estrato 1 no tiene las mismas facilidades, empezando porque es una ciudad muy costosa. No les da acceso a una buena nutrición y eso está incidiendo en la aparición de enfermedades en los huesos”.

Costoso diagnóstico

Otra debilidad de Cartagena frente a las enfermedades óseas es que hay menos acceso a un diagnóstico temprano.

Vanegas explicó que “la descalcificación se puede detectar de tres maneras: densitometría ósea por cúbito y radio en rayos X, densitometría ósea periférica al calcáneo (hueso del talón), que es la que traemos a Cartagena; y la densitometría total, que es una máquina que mide cada 1,5 milímetros cómo están los huesos del cuerpo. Va de pies a cabeza y dice exactamente dónde tienes la descalcificación, la osteoporosis, la osteopenia, o que puedes estar presentando las tres eventualidades en el cuerpo.

“Respecto a densitómetros óseos periféricos y en rayos X, la fundación no ha detectado ninguno en Cartagena. La desitometría total sí la hay, pero son muy pocos equipos. Y la diferencia es que esta, respecto a la periférica, tiene una diferencia de precios abismales. Mientras que un examen de osteoporosis por densitometría periférica puede costar de 100 a 120 mil pesos, un examen por densitometría total puede costar hasta 450 mil pesos”.

Así las cosas, advirtió que “en Cartagena hay menor acceso al tamizaje, al examen que puede detectar la enfermedad para luego tomar medidas. Si no tengo acceso a ese examen no puedo detectar que tengo un problema, y si no hay tampoco una campaña de promoción o prevención de estilos de vida, acompañada de una estrategia IEC, de Información, Educación y Comunicación, la gente muy posiblemente nunca va a pensar en sus huesos”.

Lamentó que “los colombianos le invierten más a una peluquería, un producto, un jabón, un perfume, que a la salud ósea. Es el tipo de persona que nunca se dio cuenta cómo tenía los huesos, el día menos pensado le llegó una fractura de cadera y muy posiblemente no pueda aceptar un trasplante o un injerto”.

Mejore su nutrición

El gestor social señaló que “como varía la nutrición de una región a otra es altamente influyente en el diagnóstico de las enfermedades óseas. En la Costa, las personas afrodescendientes tienden a ser de huesos mucho más fuertes, pero esos factores nutricionales que su cultura le ha impuesto hace que sufran de una mayor descalcificación.

“Se consume más pescado que es fuerte en calcio, y ese hecho por sí solo debería generar un mayor aporte de calcio al hueso, lo que haría entender que la población va a estar mucho mejor que en otros sitios, pero hay unos factores que generan una mayor pérdida de calcio. Se consume menos brócoli, cuajada, queso, lenteja, leche, y hay una mayor ingesta de bebidas negras y gaseosas”.

Diferente es la situación en las ciudades del interior del país. “No hay el mismo consumo de pescado, pero hay un mayor consumo de leche, queso, cuajada y otros alimentos que proveen calcio, y por el clima no se ingiere tanta bebida negra, lo que hace que no haya tanta descalcificación como en la Costa. El pico más alto lo estamos viendo en la descalcificación y en los casos de osteoporosis severa en mayores de 45 años”.

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