¿Sabías que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata hasta a la mitad de sus consumidores?
Mónica García Niño, psicóloga y referente nacional de salud mental de Saludvida EPS, indica que si una persona desea dejar el tabaco podría contar con el apoyo de su empresa de salud.
“Muchas veces las personas llegan por las consecuencias del tabaquismo, pero no para tratar su adicción. Lo más importante es que se reconozca que ésta existe y comunicárselo al médico general, que se encargará de tratarla con terapias de remplazo de nicotina como parches, chicles y medicamentos”, explica.
Pero, ¿por qué dejar de fumar?
1- Aumenta su resitencia
Normalmente se asocia el tabaco al cáncer de pulmón, pero realmente afecta a todo el organismo. Además causar otros tipos de cánceres -como los de laringe, faringe, colon, vejiga, hígado y riñón-, también produce serias complicaciones como un aumento de riesgo de la impotencia masculina, la reducción de la fertilidad, problemas cardíacos y discapacidad respiratoria progresiva... García afirma que, además de evitar este panorama poco favorable para la salud, las personas que dejan de fumar ven una mejora inmediata en su facultad respiratoria y su resistencia cardíaca.
2- Mejora tu aspecto físico
Cuando una persona deja de fumar, dos cosas mejoran inmediatamente: su olor corporal y su aliento.
Los dientes, dedos y uñas amarillos dejan de ser un inconveniente estético. Además, aparecen menos arrugas y hay menos riesgo de desarrollar psoriasis, una afección que produce manchas rojizas y lesiones en la piel.
Los cambios en la salud empiezan a manifestarse desde el momento en que el consumidor deja de fumar.
Para ser un poco más exactos, se lo explicamos de la siguiente manera:
A los 20 minutos: disminuye la presión arterial.
A las 12 horas: se normaliza el monóxido de carbono en sangre.
Entre las 2 semanas y los 3 meses: mejora la circulación y además la función pulmonar.
Entre el primer y el noveno mes: disminuye la tos, la falta de aire y el riesgo de infecciones.
Al año: disminuye a la mitad el riesgo de enfermedad coronaria y mejora la energía.
A los 5 años: disminuye a la mitad el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga y el riesgo de cáncer de cuello y de accidente cerebrovascular se iguala al de un no fumador.
A los 10 años: disminuye a la mitad el riesgo de cáncer de pulmón y también disminuye el riesgo de cáncer de laringe y de páncreas.
A los 15 años: el riesgo de enfermedad coronaria es similar al de un no fumador.
3 - Eleva tu autoestima
La experta indica que fumar se convierte, en muchas ocasiones, en una estrategia para socializar. Si bien puede ayudar a muchas personas en el manejo de situaciones estresantes o que generen ansiedad -como hablar con personas desconocidas- no resuelve el problema de fondo. Asumir que se pueden establecer relaciones interpersonales sin necesitar un cigarrillo de por medio, fortalece la autoestima, aumenta el autocontrol y facilita el manejo de las emociones de la persona.
4- Disfrutas tu entorno
Comer y oler parecen acciones sencillas que no implican ninguna dificultad. Sin embargo, no es así para los fumadores y es algo de lo que solo pueden darse cuenta una vez que abandonan el tabaco. Identificar el sabor de los alimentos y reconocer mejor los aromas son otras ventajas de dejar este hábito.
5- Provee un entorno sano
El tabaco no es solo dañino para el que lo consume, sino también para todas las personas que rodean al fumador. Las consecuencias, por ende, no solo son individuales sino también sociales. Según la OMS, el tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas: más de 5 millones son consumidores del producto y más de 600.000 son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno. Un ambiente sin humo no solo es garantía de un ambiente más sano, sino que también impide que otros -normalmente los familiares- se vean afectados.
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