Ante las altas temperaturas que en momentos del año se presentan en Cartagena o en cualquier ciudad Caribe, se deben tener las precauciones necesarias a evitar el llamado “golpe de calor”, una situación que puede llevar a la muerte a quien lo padece, a raíz del deterioro de sus órganos principales.
Y es que el término “golpe de calor”, cobra más atención cuando se le vincula, por ejemplo, con transplante de hígado. ¿Pero cuál es la relación?
¿Qué es el Golpe de
calor?
“El golpe de calor es una situación que ocurre en el cuerpo cuando no se puede regular la temperatura, así que al estar el cuerpo ocupado en este proceso, descuida unos órganos y empieza el daño a este ‘blanco’: los riñones, el cerebro, y el hígado”, explica el doctor Carlos Alberto Ulloa Castro, miembro del Consejo Consultor Mundial para Nutrición y actividad física de la compañía Herbalife, quien además ha trabajado con la Federación Colombiana de Fútbol y la Selección Colombia.
Por su parte, el médico especialista en insolación, Eduardo Espino López, define el golpe de calor o insolación, como “un cuadro médico grave que pone en peligro la vida, y que se produce cuando la temperatura corporal se eleva por encima 39.4 a 41 ºC”.
Ulloa añade que cuando hay un golpe de calor, lo primero que se pierde es la conciencia, dado que el cerebro ya no puede trabajar, así que se da un deterioro de los órganos “al punto de llevarnos a la muerte”.
Recordemos que la temperatura corporal oscila entre los 36 grados y 37 grados centígrados y que el cuerpo tiene unos centros regulatorios en el cerebro, que le mandan órdenes a las glándulas sudoríparas, al corazón y a los pulmones para tratar de controlar la temperatura.
“Cuando tenemos calor en exceso, el cuerpo lo que hace es dilatar todos los vasos sanguíneos periféricos sobre todo los de la piel, y manda unas órdenes para que empiece a sudar. La sudoración ayuda a bajar la temperatura ya que hay una disipación del calor por la piel, que es la principal fuente de disipación del calor del ser humano. También lo hace a través de la respiración, pues cuando nosotros tomamos el aire, ese es un aire con temperatura inferior a la que está el cuerpo. Así que dentro lo calentamos y lo sacamos ‘caliente’. Esa es otra forma de disipar también el calor”, comenta Ulloa.
Los síntomas:
- Dolor de cabeza.
- Mareo.
- Sensación de sed.
- Sudoración que de forma abrupta cesa (esto ocurre cuando ya se está entrado de lleno al golpe de calor).
Cuando el cuerpo “arde” hay que controlar el golpe de una manera inmediata y la recomendación de Ulloa es bajarle la temperatura al paciente con paños de agua y sumergirlo también en agua fría (15 o 18 grados, sin hielo).
“Casi siempre a este cuadro se le asocia con alta humedad y debido a esto es muchísimo más difícil de controlar, porque el mismo ambiente está tan húmedo que la sudoración del cuerpo no puede controlar esta disipación de calor”.
Para que no se produzca un golpe de calor, se debe evitar la exposición a altas temperaturas y mantener el cuerpo bien hidratado, tomando al menos ocho vasos de agua al día. “Debemos examinar el clima a diario. Si hay más de 40 grados no es bueno salir ni permitirles a nuestros hijos salir a la calle a realizar actividad física intensa. Es importante mencionar que no a todas las personas que se expongan a estas condiciones les va a dar, pero hay personas más susceptibles que otras”, afirma el doctor.
Los niños, que no tienen bien desarrollada la termorregulación, ni su sistema nervioso central, son propensos junto con los ancianos, de padecer un golpe de calor. Es decir que con menores temperaturas y menor humedad, pueden presentar este grave problema.
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