Si usted y su pareja no han podido tener un hijo o llevar un embarazo a feliz término después de un año de relaciones sexuales frecuentes sin uso de anticonceptivos, podrían presentar un problema de infertilidad.
De confirmarse esto, lo primero que debe hacer la pareja es visitar a un especialista para identificar cuáles son los factores que le están impidiendo quedar en embarazo. En este punto es clave “tener claro que los criterios de consulta no son por separado. No es la mujer sola, no es el varón solo, es la pareja. La infertilidad es un asunto de pareja”, recalca Álvaro Monterrosa Castro, especialista en ginecología y obstetricia que dirige el programa Fertilizar.
Sostiene que “para lograr un embarazo se necesita el concurso del hombre y de la mujer, y ambos deben someterse a estudios para identificar los factores que están presentes en uno, en el otro y algunos entre los dos”.
En el mismo sentido, Eliana Retamoso, gineco obstetra del programa de reproducción asistida de Cecolfes, enfatiza que “no me gusta recibir mujeres solas porque cuando un hombre viene a consulta se deja guiar; acepta que yo le explique con fundamentos por qué puede ser infértil y es más fácil que se haga el espermograma (análisis del eyaculado o semen). Cuando viene una mujer sola y a ella le toca explicarle al marido, no logra convencerlo. Por eso es importante que la consulta de fertilidad sea de pareja, que vengan los dos para poder orientarlos”.
Las causas
Hay varios tipos de infertilidad: una primaria, donde una mujer nunca se ha podido embarazar; y una secundaria, en donde se ha podido embarazar una, dos, tres o cuatro veces, pero siempre ha perdido al bebé.
Monterrosa indica que cuando hay infertilidad primaria la causa más frecuente es la endometriosis, enfermedad que ocurre cuando crece tejido del endometrio por fuera de la matriz. Esto puede causar dolor, sangrado abundante, formación de quistes ováricos, masas pélvicas, compromisos de otros órganos y problemas para quedar embarazada (infertilidad).
“Sucede en mujeres y aparece durante su etapa reproductiva, es decir, entre la primera y la última regla. No tiene igual gravedad en todas las personas y los síntomas no son iguales. Hay personas con pocos síntomas y enfermedades muy avanzadas.
“Esta es una enfermedad de causa no conocida, sin tratamiento curativo. Puede llegar a producir daños irreparables en útero, ovarios y trompas cuando el diagnóstico es tardío. Hay que tratar de identificarla tempranamente para aplicar tratamiento médico o quirúrgico. Si el tratamiento es oportuno, la mujer tiene grandes posibilidades de embarazarse”, explica el médico cirujano.
La experiencia de Retamoso en Cecolfes es otra. Afirma que “la principal causa de infertilidad en nuestros pacientes es el factor masculino, es decir, la disminución de la cantidad de espermatozoides, de la velocidad y de la calidad del semen. De las parejas que asisten a tratamientos de reproducción, el 33 % tiene infertilidad por el factor masculino.
“Otro 18 % es por alteraciones de trompa, no necesariamente endometriosis. Puede ser también porque se desconectan o por infecciones de transmisión sexual. Es la segunda causa”, dice.
Tratamientos
Monterrosa recuerda a quienes sufren de infertilidad que “los tratamientos tienen varias complejidades que dependen del tipo de factores involucrados. Los más usuales son los médicos, pero también se aplican los quirúrgicos”.
El profesional de la salud agrega que “cuando la mujer está en tratamiento debe ser un proceso continuo, lo cual a veces es complejo por razones familiares, económicas, laborales o conflictos de pareja. Son muchas las presiones sociales y familiares que pesan sobre la pareja infértil. Si hay factores que limitan o impiden el embarazo por la vía natural, pero las dos trompas de la mujer funcionan, se pueden utilizar técnicas de reproducción asistida como la inseminación intrauterina, donde se toman los espermatozoides y se colocan en el interior del útero en las fechas en que se está dando la ovulación, con una posibilidad de embarazo de alrededor de un 20 % por cada intento”.
“Si a la mujer se le dañaron las dos trompas, le han fallado otros tratamientos de baja complejidad y el factor masculino es extremo, se cuenta con la fertilización invitro, o bebé probeta como también es conocido. Si se perdieron los dos ovarios o la edad de la mujer es avanzada, acudimos al tratamiento con fertilización invitro más donación de óvulos. Este se hace en mujeres de hasta 47 años aproximadamente, dependiendo de sus condiciones de salud. No puede ser hipertensa, diabética, ni tener enfermedades que conlleven un embarazo como una situación de riesgo para su salud.
El especialista recalca que no se puede predecir la duración de los tratamientos y mientras que algunos son cortos, otros pueden tardar en dar resultados. “Suelen ser desgastantes para la pareja, la familia y sin duda para los profesionales de la salud que realizan la especialidad. En esencia no son magia ni milagros, son abordajes médicos. Lo que hacemos es tratar de recuperar el mal funcionamiento que tiene la naturaleza dentro de la reproducción”, finalizó.
Planea tu embarazo
La gineco obstetra de Cecolfes, por su parte, invitó a las mujeres a planear sus embarazos. “La probabilidad de un embarazo natural, teniendo 20 años, es del 25 % mensual. Una de cada cuatro mujeres que tiene relaciones sexuales el día de la ovulación se embaraza. Cuando se tiene alrededor de 40 años, la probabilidad de embarazo en un mes es entre un 5 % y 10 %. Es por eso las mujeres tienen que planear su embarazo desde la juventud. Si con 35 años van a tratar de tener un hijo, el tiempo que tarden en ir a una consulta médica es un tiempo valioso que pierden para que sus óvulos sean los mejores.
“Los espermatozoides se producen cada tres semanas y por eso un hombre de 80 años puede embarazar a una mujer de 20 años, pues tiene espermatozoides nuevos cada tres semanas. En cambio, las mujeres tienen los óvulos guardados en el ovario desde que están en el barriga de la mamá. Los óvulos se van envejeciendo aunque nunca se usen y eso hace que a mayor edad sea más difícil embarazarse. El momento ideal para hacerlo es antes de los 35 años, hay menos riesgos y mejor calidad de óvulos”, concluyó Retamoso.
Atentos a los indicios
Las mujeres deben estar alertas si desde la adolescencia su periodo menstrual se ausenta por algunos meses, sufren hemorragias o cólicos severos e incapacitantes.
“Pueden ser indicios de enfermedades que van creciendo dentro del aparato reproductivo y que pueden dañar, incluso irremediablemente, órganos como el útero, los ovarios y las trompas. Las mujeres en esta situación pueden iniciar tratamientos para conservar la fertilidad incluso antes de tener relaciones sexuales”, advierten los expertos.
En infertilidad también puede participar la exposición repetida a gérmenes que producen infecciones y enfermedades de transmisión sexual, que se expresan por la presencia de flujos repetitivos y continuos.
En los hombres, enfermedades como paperas, infecciones, cirugías, tratamientos para el cáncer y desequilibrio hormonal, la pueden causar. En ambos sexos, la infertilidad es irreversible cuando se trata de defectos congénitos y trastornos en la formación del aparato reproductor.
En la infertilidad secundaria
La repetitiva pérdida de embarazos puede ser causada por “problemas genéticos que tenga uno u otro integrante de la pareja o la formación del nuevo embrión, enfermedades que transmitan genéticamente uno de los dos, enfermedades inmunológicas, malformaciones del útero, presencia de úteros dobles, úteros tabicados o úteros subdivididos congénitamente. Todos ellos tienen abordajes, disponemos de numerosas herramientas médicas que nos ayudan a prestar solución. Hoy en día, la palabra esterilidad no tiene vigencia”, dice Monterrosa.
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