“Estaba apto para trasplante de médula ósea desde marzo y respondieron el 7 de agosto por la presión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ya era muy tarde, ya para qué”. Con esas palabras y la tristeza de una pérdida irremediable en su rostro, Mireinis Zafra Vega denunció a El Universal que su hijo, Santiago David Valdez Zafra, fue víctima de negligencia por parte de Comfamiliar EPS. Lea aquí (CIDH protege a niños con cáncer de la Costa Caribe)
Contó que “le violaron muchas veces el derecho a la vida. El 21 de julio de 2014 le diagnosticaron cáncer de tipo leucemia linfoblástica aguda y en abril de 2015 le suspendieron el tratamiento. Instauramos muchas tutelas, medidas provisionales con la Defensoría del Pueblo y nada. Por el niño tener carné de Comfamiliar y yo de Mutual nos dijeron que estábamos violando el sistema y que eso podía pagarse con cárcel. Llegó un momento en que íbamos a la EPS y pedíamos que de corazón lo atendieran”.
Se encendió una esperanza
Mireinis recordó que el pasado 23 de junio, la decisión de la CIDH en favor de 25 niños y niñas con enfermedades onco-hematológicas, entre ellos Santiago, le dio una esperanza en la lucha que sostenía con Comfamiliar. Ese día se conoció que la Comisión le solicitó al Estado colombiano adoptar las medidas necesarias para preservar la vida e integridad personal de los menores de edad.
“En julio, en la primera reunión de seguimiento a esa solicitud, Comfamiliar acordó dar los tiquetes del niño, del donante de médula ósea, que era el papá; y del acompañante, que era yo; para que le hicieran el trasplante en Medellín. Cuando fuimos a la EPS nos dijeron que solo darían el del niño y el acompañante, que el del donante después, que eso podía esperar o que lo asumiéramos nosotros”, dijo Mireidis.
“En otra reunión el 4 de agosto -anotó- la CIDH los presionó y nos mandaron a Medellín. Estuvimos allá desde el 7 de agosto hasta el 21 de octubre. Le hicieron quimioterapias, tratamiento en los pulmones por aspergilosis, una operación en la cabeza para drenarle un hematoma y no pudieron hacer más porque tuvo una recaída y nos mandaron para Cartagena”.
Santiago, de 12 años, permaneció en su casa en Turbaco hasta que el pasado 6 de noviembre presentó vómitos y fue llevado a la Casa del Niño. “Tenía las plaquetas bajas (...) Al día siguiente, a las 5 de la mañana, le dio un paro respiratorio y él lo aguantó. Como a las 12 del mediodía se le bajaron los signos vitales y falleció”, dijo la afligida mujer.
“Como madre -añadió- le pido al presidente que se enfoque más en la salud. No solo es paz. ¿Dónde está la salud? En el país la tienen congelada. Un tratamiento oportuno a los pacientes oncológicos salvaría muchas vidas. Las mamás con hijos amparados por la Comisión Interamericana están luchando todavía. A ninguna le han cumplido. Siguen violando el derecho a la vida de esos niños y espero que alguien haga algo porque no quiero que ellas sientan el dolor que estoy sintiendo ahora”.
¿Qué dice Comfamiliar?
Comfamiliar lamentó el fallecimiento de Santiago y aclaró que “desde marzo pasado el trasplante que requería fue autorizado para ser realizado en la Clínica Las Américas de Medellín”. En abril se realizaron los exámenes médicos de compatibilidad y en mayo se logró la consecución del pago anticipado del procedimiento: $200 millones. “Sin embargo, el menor tuvo una serie de recaídas que influyeron en el deterioro de su salud y que al final hicieron improcedente el trasplante, pese a que se le siguieron brindando quimioterapias y atenciones medicalizadas”.
La entidad agregó que el tiempo de espera se dilató por estar Santiago afiliado a una EPS diferente a la de su núcleo familiar.
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