La prensa oficial china y los internautas pedían este miércoles una reacción firme de las autoridades tras la muerte, desde noviembre, de al menos siete recién nacidos que habían sido vacunados en el país contra la hepatitis B.
La administración a cargo de la alimentación y los medicamentos suspendió el uso de la vacuna fabricada por la compañía local BioKangtai y abrió una investigación sobre los decesos, informó la agencia oficial Xinhua.
Más de 44 millones de dosis de esta vacuna están almacenadas o ya han sido vendidas en 27 provincias y regiones del país, precisa el diario Beijing Chenbao.
Según los medios de comunicación chinos, otro bebé, el octavo, ha fallecido tras serle administrada una vacuna contra la hepatitis suministrada por otra empresa.
La vacuna contra la hepatitis B forma parte de la decena de vacunas gratis y obligatorias que debe recibir la mayoría de los niños en China. Se inyecta en las primeras 24 horas de vida, con dosis adicionales a cabo de un mes y de seis meses.
Las pruebas realizadas hasta ahora no han demostrado que esta vacuna sea responsable de la muerte de los recién nacidos.
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