Nacen como diminutos hilos de color violeta, pero con el tiempo se convierten en conductos de mayor calibre que se dibujan a través de la piel, como si estuvieran a punto de estallar.
Una especie de mapa vascular en alto relieve, que aunque afecta la apariencia de las piernas, no es solo un problema estético como muchos creen, sino también una enfermedad.
De hecho, las várices, esas venas dilatadas que aparecen en los muslos y pantorrillas, y que en sus inicios se les conoce como arañas vasculares, pueden evolucionar generando un alto grado de incapacidad, si no reciben manejo oportuno y adecuado.
Así lo advierte William Fernando Lenis, especialista en cirugía vascular y angiología, de la Clínica Farallones, en Cali.Con el tiempo, sus víctimas, que no son pocas pues el ser humano tiene predisposición a sufrirlas, y que son en esencia mujeres –8 de cada 10-- empiezan a quejarse de “cansancio, pesadez, hormigueo, calambres nocturnos e hinchazón en los miembros inferiores hacia el final del día”, anota José Andrés Uribe, cirujano vascular del Hospital Universitario San Vicente Fundación, de Medellín.
Los casos más severos, en los que la presión aumenta a tal punto que se produce un daño en las paredes de las venas, obligan a convivir también con cambios en la piel, como engrosamiento, manchas de color ocre o pardo oscuro, resequedad y descamación. Un cuadro de molestias que impide disfrutar la vida a plenitud.
De hecho, esta patología ocupa el primer lugar de consulta vascular, seguida por la arterioesclerosis y es una de las principales causas de incapacidad laboral en Colombia y el mundo.
No consultar a tiempo, puede pasarles una cuenta de cobro costosa a estos paciente: ulceraciones en la cara interna de los tobillos que aún bajo tratamiento pueden tardar años en cicatrizar así como infecciones o lesiones graves están en la lista de complicaciones asociadas a esta disfunción.
Y es que la sangre que debería avanzar hasta el corazón, pero se queda estancada en las piernas por la gravedad, puede además formar coágulos, cuyos fragmentos corren el riesgo de viajar hasta los pulmones, ocasionando tromboembolismo pulmonar, con una mortalidad del 80 por ciento.
El camino a seguir
Ante la evidencia de venas varicosas durante la consulta, el especialista recurre a una prueba conocida como ecografía doppler venosa. Este moderno examen no invasivo, que se realiza aplicando un gel en las piernas y recorriéndolas con una pieza de mano que emite ondas de ultrasonido, entrega información muy completa sobre el estado del sistema venoso de las piernas. “Precisa, según el doctor William Fernando Lenis, en qué lugares está funcionando mal el sistema valvular, de qué extensión es el daño, si afecta el sistema superficial o el profundo y si hay trombos, entre otros detalles”. Información que permite al cirujano vascular periférico conocer mejor el problema al que se enfrenta y la manera más adecuada de proceder con el tratamiento.
Las opciones de manejo son muy variadas e incluyen desde medicamentos y terapias hasta cirugía, pero el doctor José Andrés Uribe aclara que ninguna logra una cura definitiva, pues pueden llegar a repetir al cabo de unos años.
Medicamentos. Se conocen como flebocinéticos y son de administración oral. Fortalecen las paredes de las venas para evitar su dilatación y tienen efecto antiinflamatorio, con lo que ayudan a disminuir síntomas como el dolor, la hinchazón, los calambres y el cansancio. Eso sí, los especialistas son enfáticos en que no desaparecen las várices ni evitan que aparezcan nuevas.
Medias de comprensión. “Ejercen compresión a nivel de las venas, de forma que se produzca un vaciamiento de las mismas, disminuyendo la presión”, refiere Uribe, quien agrega que pueden utilizarse en todos los grados de várices, pero bajo fórmula médica, pues se consiguen con diferentes niveles de compresión: bajo, medio o alto”.
Masajes de dranje linfático. Estos masajes, que deben ser realizados de preferencia en forma manual, ayudan a disminuir la hinchazón.
Escleroterapia. Indicada en el grado I de várices (arañas vasculares). Según el doctor Lenis, consiste en la inyección de medicamentos esclerosantes, en forma líquida o espuma, que se aplican en los pequeños vasos o arañas vasculares para secarlos. La eficacia de este método ha sido plenamente comprobada hace muchos años y la pureza de estos fármacos permite que hoy día haya menos casos de alergias, ulceraciones o manchas.
Láser o radiofrecuencia. Prometen quemar los vasos a través de un rayo de luz o calor, respectivamente, de forma que se fibrosen, lo que convierte a los conductos venosos en hilos muy finos a través de los cuales ya no fluye la sangre. Aunque estos procedimientos de ablación, que deben ser realizados en quirófano, implican una incapacidad más corta (1 a 3 días), no tienen igual efectividad que la cirugía convencional. De hecho, tienen indicaciones muy específicas, que han sido establecidas teniendo en cuenta la forma, el tamaño y la cantidad de venas varicosas, así como el tipo de piel.
Cirugía. Indicada en la mayoría de casos hasta el grado V, siempre y cuando haya fallas solamente a nivel del sistema venoso superficial y no del profundo. En el grado VI, el más avanzado, solo algunos casos son operables, siempre y cuando las ulceraciones hayan cicatrizado. Las formas de realizarla son muy variadas, pero todas ofrecen una efectividad del 90% al 95%. Básicamente lo que se hace, según Lenis, es realizar microincisiones, a través de las cuales se retiran segmentos de venas o venas completas, decisión que se toma de acuerdo con los resultados de la ecografía. El tiempo de recuperación es de unos diez a quince días, durante los cuales se debe guardar reposo relativo.
Realice periodos cortos de caminata durante la jornada laboral
¿Cómo prevenirlas?
Haga ejercicio cardiovascular como caminata, bicicleta o natación, con regularidad.
Lleve una dieta baja en grasas y sal.
No fume.
Mantenga bajo control enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión o diabetes.
Use medias de compresión de grado bajo o medio durante el embarazo y el postparto o si trabaja la mayor parte del tiempo sentado o de pie. Basta con que lleguen hasta la rodilla.
Tenga en cuenta
No olvide que los únicos profesionales capacitados para formular y realizar cualquier tipo de tratamiento a los pacientes son los médicos especialistas en cirugía vascular periférica y angiología.
En ningún caso por tecnólogos, esteticistas ni médicos generales o alternativos. Métodos aparentemente sencillos como las medias o los masajes, por ejemplo, mal indicados, pueden producir complicaciones si se sufren enfermedades concomitantes como alteraciones circulatorias, enfermedad obstructiva, problemas articulares o neurológicos severos, así como infecciones y alergias en la piel.
No espere a tener síntomas para consultar. Solamente el hecho de tener arañas o venas dilatadas debe ser motivo de consulta, para evitar que la enfermedad avance a estados severos. De hecho, casi todos los casos, a pesar del tamaño de las venas afectadas, son asintomáticos.
Existen productos naturales que prometen aliviar los síntomas de las várices, pero no son tan efectivos como los medicamentos convencionales.
No se deje engañar. Las medias de descanso que se comercializan al azar, ejercen compresión en las piernas de forma indiscriminada, pero no en los sitios puntuales que necesita el paciente, por lo que no surten ningún efecto.
No todas las personas con várices desarrollan necesariamente insuficiencia venosa. Pero el que padece esta última sí ha tenido várices previamente.
Las venas tienen diferentes calibres que les permiten adaptarse a los cambios en el volumen sanguíneo. Las de menos calibre (vénulas) confluyen formando otras mayores (tributarias) como la vena cava que drena a la aurícula derecha del corazón.
“Manchas y quemaduras son algunos riesgos de someterse a tratamientos para várices que no son realizados por un cirujano vascular”.
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