Uno de los dos sujetos acusados de robar más de 100.000 direcciones de correo electrónico de los usuarios de las iPad de Apple permanecía el miércoles en prisión, luego de comparecer por primera vez ante un tribunal en Nueva Jersey.
Andrew Auernheimer, esposado y con el overol de recluso, charló y bromeó con el personal de la corte antes de la breve audiencia frente a la magistrada federal Pattty Shwartz, quien programó una audiencia para la próxima semana a fin de fijar la fianza. Auernheimer no se ha declarado culpable o inocente.
Auernheimer fue arrestado en Fayetteville, Arkansas, el mes pasado y fue extraditado a Nueva Jresey, donde él y Daniel Spitler enfrentan un cargo cada uno por fraude y asociación ilícita para ingresar a una computadora sin autorización. Spitler fue liberado con una fianza de 50.000 dólares en enero. El caso se atiende en Nueva Jersey pues en el estado residen 16.000 usuarios de las iPad.
Ambos cargos implican una pena máxima de cinco años en prisión.
Las autoridades dicen que los acusados, que tienen unos 20 años, formaban parte de un grupo en Internet que logró engañar el sitio de AT&T para revelar las direcciones de correo electrónico, entre las que había algunas de celebridades como el productor de cine Harvey Weinstein y el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg.
El grupo al que pertenecían los acusados Goatse Security era una “asociación poco definida de ciberpiratas”, según la oficina del Fiscal Federal.
Goatse dijo en un correo electrónico enviado a The Associated Press el mes pasado que Spitler y Auernheimer no hicieron nada incorrecto y que actuaron en favor del interés público al exponer las fallas del sistema de seguridad de AT&T.
El fiscal federal Paul Fishman ha dicho que no existe evidencia de que los hombres emplearon la información robada para propósitos delictivos, pero agregó que podría haber llegado a las manos de estafadores en la red.
Un representante de Goatse dijo en junio que el grupo se puso en contacto con AT&T y esperó hasta que la falla fue reparada antes de divulgar la información sobre el robo de direcciones de correo, pero los fiscales sostienen que AT&T no supo de la intrusión sino hasta que se publicó en los medios de comunicación.
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