Los habitantes del corregimiento de Puerto Franco anhelan para este nuevo año más prosperidad, debido a las condiciones de pobreza absoluta que están viviendo en estos momentos.
Aunque son personas humildes que viven de la pesca y del campo, su situación empeoró a raíz de la ola invernal que los azotó el año inmediatamente anterior.
Por ello, otro de sus deseos es poder continuar con sus labores ya que es un pueblo donde la mayoría de sus habitantes viven de la pesca.
Su economía está afectada por las continuas lluvias, los peses que abundaban hoy son escasos, y las crías de cerdo, gallina y otros animales quedaron bajo las aguas que los inundaron.
Muchas familias piden ayudas porque no tienen como alimentar a sus hijos, además están sufriendo por las enfermedades, que ya están apareciendo.
Dilia Mercedes Acosta, habitante de Puerto Franco, comenta con tristeza que su casa quedó bajo el agua y perdió gran parte de sus enseres.
Su esposo salió del pueblo a trabajar a otro lugar para poder sustentar a ella y a sus hijos, cuenta que el se dedicaba a la pesca, y a raíz de las fuertes lluvias no pudo realizar más esa actividad.
Ahora su hijo mayor sale desde muy temprano con la esperanza de encontrar algunos peces para vender después de 7 meses de no pescar nada, y esperan que la madre naturaleza esté nuevamente de su parte.
Enilva Blanco, tiene 25 años de vivir en Puerto Franco “estamos viviendo por la misericordia de Dios en estos momentos, el trabajo de mi esposo es viajar a otros municipios cercanos a vender pollo, carne y ofrecer algunos pasteles que yo hago pero con el estado de las vías, las lluvias ya no sale como antes y no vende mucho”, expresó.
Según ella su situación es crítica, su casa está rodeada de tarulla, y los olores nauseabundos por el estancamiento del agua no los pueden aguantar.
“Mi casa tenía tres cuartos, cocina, sala y un buen patio, y solo quedó la sala donde vivimos todos, ahora ese pedazo de mi casa es cocina, es baño, es todo. Mi familia está conformada por nueve personas y no se alcanzan a imaginar como dormimos y compartimos diariamente, cocinamos en la calle y tenemos que esperar la noche para bañarnos”, dijo.
Todo el tiempo a realizado pasteles y bollos para la venta pero en la actualidad las ventas han bajado y no tiene mucho dinero para comprar los ingredientes para cocinar.
Por otro lado, Marquesa López, llorando expresó que en estos momentos no tiene nada que comer, el único hijo que tuvo sufrió un ataque cardiaco y no puede hablar por causa de la enfermedad.
“La mayoría de estos días no hemos tenido sino, para comer una sola vez al día y el poco dinero que recibo lo tengo que gastar en las medicinas para mi hijo y para la comida”, dijo Marquesa.
Su casa en estos momentos también está inundada, y vive de la buena voluntad de algunos habitantes que le dan algunos alimentos para comer ya que el resto de su familia no la ayuda en nada la situación la tiene en total desespero.
Requieren generar empleo
La situación de los habitantes de este corregimiento es casi igual, con el denominador de la falta de recursos económicos y requieren la generación de empleo.
Esperanza Germán Narváez, expresó que como habitante del corregimiento siente que la Administración Municipal, los tiene abandonados, “una de las principales necesidades de las muchas que tenemos es la construcción de la vía Galeras Puerto Franco y las calles de este”.
Expresó además que otra de las necesidades más grande que tienen como comunidad es el alcantarillado, y el gas natural, ya que tienen que estar cocinando con leña.
Anotó que en Puerto Franco, falta generar más empleo para las madres jefes de hogar, “soy jefe de hogar tengo 3 hijos y de lo poco que hago mantengo mi hogar”, dijo Esperanza.
Otra denuncia que realizó es la falta de médicos en la comunidad pues cuando se enferman tienen que trasladarse muchas veces en moto y otras a pie a distancias muy largas.
Estamos distanciados y tenemos enfermedades de diarrea y trasladamos a los enfermos en moto y a pie.
Por otra parte Julio Manjarrez, se dedica en estos momentos a oficios varios su casa también está inundada y vive cancelando arriendo desde el mes de mayo del año anterior, lo angustia su situación, porque el poco dinero que gana lo tiene que dividir entre el arriendo, la comida para su esposa y sus doce hijos.
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