Arjona puso a delirar a Bogotá con su 5to. piso

A las 9 de la noche del miércoles pasado, Bogotá se bajó de sus 2.600 metros para instalarse en un 5to piso. Montada en un elevador musical conducido por Ricardo Arjona, la capital de la República vivió un espectáculo como pocos. En las casi dos horas y media de concierto, corazones y gargantas vibraron sin distinción de género ni de edad. Sobrio. Vestido de negro y en tenis se plantó en el escenario. Con solo entonar las primeras líneas del tema “El del espejo”, puso a delirar, literalmente, con su voz a los asistentes que habían recibido un nutrido “aperitivo” con la presentación acústica de Pipe Peláez. Respaldado por una original y atractiva puesta en escena, el show de Arjona, construido de manera inteligente, fue de menos a más. Esa fue la evidente intención. De manera gradual, el guatemalteco fue creciendo en el escenario interpretando temas con arreglos que deambularon entre lo acústico y explosiones de percusión. “Acompáñame a estar solo” fue la segunda carta que presentó el artista como abrebocas en un show en el que estuvo compartiendo con nueve músicos de alto nivel. Su música pasó del saxofón al violín, del piano a la batería, de la guitarra al bajo, para poner los pelos de punta a sus fanáticos y de paso demostrar su versatilidad. En esta oportunidad, este “taxista” no estuvo seduciendo a la vida, sino a las mujeres, sus consentidas y eternas enamoradas, quienes al final de cada tema pedían con ganas más. Después de devolver el tiempo y hablar del aguardiente, sentado sobre la imagen de Volkswagen interpretando “Historia de taxi”, el cantautor se vistió de erotismo con su tema “Desnuda”. El show, a esta altura, ya era un éxito. “Dime que no”, “El problema”, “Te conozco”, “Minutos” y “Tu reputación” fueron algunos de los temas que hicieron parte del repertorio que le pidieron enardecidas damas al artista que cautivó con un espectáculo apoyado por un novedoso juego de luces y una proyección de videos en tres pantallas. “Realmente no estoy tan solo” Y sí, realmente Arjona no estuvo nunca solo en el Coliseo Cubierto El Campín. Los más de doce mil espectadores que lo acompañaron se conectaron con el guatemalteco. Subidos en el carro que se estacionó con propiedad por cada uno de sus éxitos musicales, los bogotanos llenaron el recinto con aplausos. Dos números bastaron ratificar a Arjona como el dueño absoluto de la inspiración romántica. Sentado en un sofá junto a su guitarrista cantó una versión de “Sin ti” llena vida, humana, con corazón. Hizo lo propio con “Pingüinos en la cama” mientras nevaba de forma artificial sobre el escenario. Del público salió la “Señora de las cuatro décadas” para que al oído, el propio Ricardo le hablara de sus “pisadas de fuego y su toque sensual”. Para ponerle el moño a la impecable presentación, el guatemalteco, gracias a la tecnología, pudo cantar junto a Paquita la del Barrio el tema “Ni tu ni yo”. Después de un par de “amagues” de despedida, Arjona cantó lo que las damas le pidieron como cierre de su primera presentación en Bogotá. Para darles gracias por existir, el artista dijo con su clásico “Mujeres”, que ellas son y seguirán siendo por siempre su principal fuente de inspiración.