El caos parece tener su lado glamuroso, estamos en el backstage de la pasarela de Andrés Pajón. Al fondo está la Toya Montoya, la modelo samaria que permanece inmóvil, mirando al cielo, mientras Daniela, que está parada en una silla, le pinta los labios de carmesí. A mi lado, otra modelo camina con un vestido negro y brillante, es tan largo que siete personas deben sostenerlo: hay que evitar que se arrastre. La Toya sigue quieta, ahora, encima del labial, le aplican un cosmético escarchado. Este pequeño pasillo gris, repleto de cosméticos, espejos, vestidos, zapatos y joyas, parece más bien un mercado… ¡Tati, vení para acá! – dice un chico del staff -, y Tati viene. ¡Que le pinten los labios! Es la 1:03 de la tarde.
Un, dos, tres, Merlys empieza a ensayar la pasarela antes de la hora de la verdad. Tiene los labios rojos y un vestido plateado, que acomoda de cuando en cuando para que no muestre de más…“Llevo diez años como modelo –me dice con el acento paisa bien marcado y los ojos miel-, y siempre se siente lo mismo antes de la pasarela: hay presión, corremos, todo tiene que estar perfecto… ¡Todo está saliendo súper bien!”. Dice ella que no puede describir muy bien eso que siente cuando pisa una pasarela, que es como una adrenalina que nunca se acaba, y que si algún día se acaba se retira del modelaje. “Son demasiados sentimientos encontrados, es algo que me hace muy feliz”… El momento que estamos viviendo comenzó a construirse hace dos meses, cuando la llamaron del equipo de Andrés Pajón para el casting.
“Obviamente ellos llevan siete meses trabajando en la colección, pero cuando ya empiezan a elegir las modelos es como dos meses antes. Igual ya tienen las modelos muy vistas, elaboran los atuendos casi que pensando en las modelos”, me explica. “Confeccionan pensando en nuestra personalidad, a ellos también les gusta que uno se sienta lindo”. Luego la llamaron, le hicieron las pruebas y aquí está… ¿Y qué turno te toca? –pregunto-. “Ay, sabes que no sé… ¡Soy lo más desjuiciado!”, dice y ríe.
La virtud de Andrés Pajón, según Merlys, es que hace ver a la mujer muy sensual y elegante. Hay una chica de negro que desfila, la Toya charla entredientes por celular…no puede hablar bien porque se le caen las “escarchas” de la boca… Ya es la 1:15. ¡Niñas! Vamos a empezar a hacer fila… Oigo. Pilas con ese vestido, se está arrugando… Dice otra voz. Cata, te fijas que este lado del bolso vaya al frente… pide otra mujer. ¡Niñas! Sin pose, vuelta y ya, necesitamos pasarela clásica.
En el pasillo hay una pantalla que muestra la pasarela: está llena. Los amantes de la moda esperan, es la 1:22 y una voz masculina anuncia que el show está a punto de empezar… ¿Pero cómo?... Si a Cata se le descosió parte del escote. ¡Auxilio, auxilio! Un par de minutos y está arreglado. Es la 1:24 suena electrónica. La primera modelo se persigna, sale al ruedo. Una a una van saliendo. La maquilladora sigue montada en la silla retocando…La Toya baila, antes de salir. Camina impecablemente, ni siquiera ríe. Regresa al backstage, corre al vestier y sale con otro vestido y prendas doradas, muchas joyas. Vuelve a bailar. Vuelve a salir. A Meli se le desarregló el cabello. Andrés contempla la pantalla, de pie, con las manos en la cintura. ¿Listos para cerrar? Vuelve a armarse la fila, salen todas y al final desfila La Toya. Es la 1:30, sale el diseñador y estallan los aplausos. Las modelos gritan, bailan, se abrazan y aplauden. El caos ha acabado.
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Ana Sofía Henao, Cristina Hurtado, Lina Tejeiro, Valentina Lizcano, Michelle Rouillard, Laura Tobón, Julieta Piñeres, Estefanía Borge y Juliana Galvis son solo algunos de los nombres de las famosas que participaron en la pasarela TvyNovelas, PHAX y Payless.
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