Editorial


Soluciones para el sector lácteo

El lunes pasado el Gobierno expidió un comunicado anunciando medidas y recursos para fortalecer el sector lácteo colombiano antes de que entre en vigencia plena el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Europa y otras naciones. ¿Cuál es el problema de la leche? Principalmente, que su producción la subsidian en los países desarrollados, y sus productos pueden arrasar a los nuestros en costos y en gran medida, en higiene y calidad. El problema es asimétrico. Los países en desarrollo, como el nuestro, están del lado pequeño del embudo. Entre los subsidios que reciben los campesinos de los países ricos y su eficiencia, pueden inundar el mundo de cereales y lácteos mucho más baratos que los nuestros. Mientras en los Estados Unidos y en Europa, menos del 3% de la población vive en el campo y alimenta a sus países, y además les sobra mucha comida para exportar, en Colombia, 26 % de la población es rural y trabaja en el agro, casi siempre de manera primitiva y precaria. Y del otro 74% de la población, que es urbana, muy poca come carne y toma leche. El sector lácteo colombiano y el Estado tienen muchos retos, como el de producir más y con más eficiencia para ampliar el mercado doméstico, de manera que toda la población se nutra mejor. Es una tragedia que produzcamos suficiente leche para toda la población, y que ésta no tenga dinero para comprarla. La falta de voluntad política parece que cambió con las medidas anunciadas por el Gobierno a través de dos Conpes…;”para mejorar la competitividad del sector lácteo y consolidar la política sanitaria y de inocuidad de las cadenas láctea y cárnica, cuyas acciones contarán con recursos por 532 millones de pesos en los próximos años”. Es decir, hay voluntad política y recursos, que ojalá se usen bien. El plan incluye abaratar los insumos del sector lácteo en 20%, aumentar la productividad por hectárea en el mismo porcentaje (en los próximos 10 años), mejorar genéticamente el ganado, fomentar una alimentación bovina que eleve las proteínas en la leche, organizar y agremiar a los pequeños productores en asociaciones y cooperativas, financiar la infraestructura de acopio y transporte refrigerados de leche, y formalizar a los productores (43% son informales y sin control de higiene). Suponemos que habrá capital abundante y estímulos para desarrollar sistemas de riego, especialmente en la Costa Caribe. Una parte importante de la política será aumentar el consumo de leche en 40% de aquí al año 2020, especialmente en los estratos más bajos. El consumo anual per cápita en Colombia es de apenas 126,4 litros, mientras que el mínimo recomendado por la organización Mundial de la Salud (OMS) es de 170 litros anuales per cápita. Para agravar la desnutrición, los estratos 1, 2 y 3 consumen menos de 35 litros anuales per cápita. El resultado del esfuerzo a favor del sector lácteo debería ser, en primer lugar, nutrir mejor a los colombianos y desarrollar el mercado interno, que sería una manera eficaz de fortalecerse contra la competencia que vendrá de fuera, y entonces sí tratar de exportar excedentes.

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