Columna


S.O.S por espinillas inflamadas

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

19 de junio de 2009 12:00 AM

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

19 de junio de 2009 12:00 AM

Me había propuesto, durante este tiempo de recuperación física, no escribir nada alusivo a la dermatología que ejercito, pero una carta de una lectora, en la que se queja de su acné y que pide, a cambio de su vida, una ayuda para curarlo, me obliga a escribir este artículo. A ella, como a todos los que padecen de espinillas o acné, les informo que es una enfermedad que tiene múltiples causas y por consiguiente muchos tratamientos para controlarla, pero no se ha encontrado aun la cura definitiva. Acné es en dermatología, el nombre de los "barros" o espinillas que afectan especialmente la piel de los jóvenes y nada tiene que ver con la salud general. Los barros se dan especialmente en la cara, pecho y espalda y no son más que glándulas sebáceas microscópicas de la piel que se rompen. Estas glándulas empiezan a producir sebo en la pubertad, en la juventud. El sebo sale a la piel y la lubrica, pero a veces el conducto de la glándula se tapa y lo primero que aparecen son las famosas espinillas (o comedones), que son blancas o negras. Las espinillas no son suciedad y tratar de quitarlas apretando la piel no previene los barros, antes por el contrario, esto puede reventar las glándulas, empeorar los barros y dejar cicatrices. Pídale a sus amigos o familiares que si lo ven apretándose le avisen, porque mucha gente se aprieta sin darse cuenta. Los barros suele ocurrir en familias enteras y no hay forma de prevenirlos, porque no hay forma de cambiar las glándulas. Es imposible predecir qué tanto tiempo usted va a tener barros, ellos aparecen y desaparecen por años. En las mujeres, se empeoran durante la menstruación. Los barros tienen diferentes formas de presentarse y en cada individuo es diferente, por eso no hay ningún tratamiento efectivo para todo el mundo, sino que cada caso es particular y por eso el paciente debe ser examinado cara a cara y el tratamiento debe ser dirigido por un médico dermatólogo. En este orden de ideas, clasifiquemos el acné y si la lesión reina es el comedón, el acné I es el comedonico y si lo que predomina es la pápula, tendremos el acné tipo II, del cual se puede originar el pustuloso, tipo III, pero si lo que existen son quistes, tendremos el tipo IV o quístico, y si lo que se ve y se palpa, son nódulos, tendremos el nodular o tipo V, y si estos quistes y nódulos se intercomunican entre sí en forma intradérmica, obtendremos unos plastrones, denominados abscesos. Este acné es también llamado conglobata, que por su naturaleza, es deformante, dejando unas cicatrices residuales difíciles de borrar, para las cuales encontraremos buen resultado solo con la tecnología láser. Pues bien, para el acné inflamatorio, que es del tipo III en adelante, encontramos dentro de la tecnología de punta, la llamada AFT 420, que emite una luz azul y la cual, aplicándose directamente sobre la piel enferma, actúa sobre todas las causas posibles de este tipo de acné, con resolución muy rápida de todas las lesiones, previniéndose las cicatrices y las demás secuelas que este tipo de acné suele producir. A mi amiga lectora, le digo que no se desespere, que busque ayuda profesional, porque la vida es linda con acné o sin él. a_gomezagamez@hotmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS