Fueron horas violentas. Solo entre la noche del sábado y la madrugada de ayer, la Policía Metropolitana de Cartagena atendió 114 riñas en los diferentes sectores de la ciudad. Además, dos personas fueron asesinadas en ataques a bala, en los barrios La Esperanza y Villa Hermosa, junto a Nelson Mandela.
El primero en encontrar la muerte fue Esteven David Ospino Páez. Parientes de la víctima indicaron que su mamá vive en Villa Hermosa y hace un par de meses el joven se fue a vivir con una tía en la urbanización Flor del Campo. Hace unos días regresó a Villa Hermosa, pero halló la tragedia. El sábado, en la tarde, Esteven, segundo de cuatro hermanos, pasó en su casa. Fue a un culto de una iglesia y luego regresó a su hogar. En la noche salió. Dicen que se fue caminando y a solo un par de cuadras fue interceptado por dos sujetos en una moto. El parrillero sacó un arma y le dio tres balazos: uno en un brazo, otro en la espalda y un último en un pómulo. El agresor huyó con su compinche, mientras que allegados de la víctima la llevaron al hospital de Nelson Mandela.
Allí, los médicos indicaron que había llegado sin signos vitales. Aunque una hermana del joven indicó que este no tenía problemas, un tío dijo que había sido baleado en dos ocasiones, hechos que la Policía confirmó. La primera vez salió herido en la espalda y la segunda, hace dos meses, le dieron un balazo en un pie. “Por eso él se fue para donde una tía en Flor del Campo, pero regresó y lo mataron”, indicó un allegado. Las primeras indagaciones de las autoridades dejan ver que Esteven habría sido víctima de una venganza, por supuestos líos que tenía con jóvenes de Nelson Mandela. El agresor está identificado y es buscado por la Policía, que asegura que la muerte ocurrió en una pelea.
La otra víctima es Lázaro Zúñiga Ferrer, un cotero de 39 años. Vivía con sus padres en el sector Las Delicias de La Esperanza y deja tres hijos. Trabaja descargando camiones en El Bosque y cuentan que el sábado en la noche salió a tomarse unas cervezas cerca de su casa. “Me dijo que no se demoraba porque estaba pendiente que sus hijos estaban en un quinceañero”, explicó Marlene Ferrer, madre de Lázaro.
Estaba en una esquina cuando un pandillero, que también reside en La Esperanza, llegó. “Pateó a un habitante de la calle que estaba en el piso, y hasta le hizo disparos para asustarlo. Luego, le dio un balazo a Lázaro en una pierna”, contó un pariente de la víctima, quien luego fue llevada al CAP de La Esperanza. “Allí estuvo más de dos horas, pero no lo remitieron a una clínica, decían que no había ambulancias. Lo dejaron morir”, dijo entre lágrimas la madre del cotero. Se conoció que el agresor es reconocido por el alias de ‘el Wilfran’, de la pandilla Los de la 18. Las autoridades esperan los resultados de la necropsia que le hagan al cadáver de Lázaro en la morgue de Medicina Legal, para determinar con exactitud cuál fue la causa de la muerte.
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