Cabizbaja, ya sin saber qué más hacer, pero siempre esperanzada en que se cumplirá el reencuentro que sueña hace más de dos años, Rosalba Yépez llegó ayer en la mañana a las instalaciones de la Fiscalía General de la Nación, en Crespo.
La mujer, de 64 años y quien vive en la manzana K del barrio Los Cerezos, quería saber cómo va la búsqueda de su hija Paula Andrea Bran Yépez, de quien no tiene noticias desde noviembre del 2012. Ese año, Paula Andrea, de 34 años, desapareció en la población de Lucca, en Italia, donde residía con su esposo y su hijo.
A partir de ese momento, Rosalba empezó a vivir el calvario que hoy no la deja conciliar el sueño. “A quien le duele mi hija es a mí, porque soy la mamá y estoy sufriendo”, dijo la mujer, mientras pedía ayuda y mayor colaboración a las autoridades colombianas e italianas en la búsqueda de la joven.
El idilio
Paula Andrea Bran nació en Bello (Antioquia), pero muy pequeña la trajeron a Cartagena, donde vivió por 22 años. La joven se dedicaba a vender aparatos electrónicos y en sus ires y venires por distintas ciudades de la Costa Caribe conoció al que se convirtió luego en su esposo y padre de su hijo, Samuel Laverde Guarín, quien es un año menor que ella.
Coincidieron en Montería, por cuestiones laborales, y entablaron una relación que se consumó tiempo después en Medellín, donde se casaron. Luego, tuvieron un hijo (que hoy tiene 7 años). “Cuando el niño tenía solo un año se fueron a Italia porque a Samuel le salió un trabajo allá, en un convento, con unos religiosos. Yo hablaba con ella constantemente y vino cinco veces a Cartagena desde que se fue, hace unos seis años. El 28 de noviembre del 2012 yo estaba extrañada porque no me había llamado, y por eso la llamé. El esposo me dijo que hacía doce días no la veía, porque ella lo había abandonado, pero a las autoridades de allá les dijo que había desaparecido el primero de noviembre. Me explicó que ellos, aunque estaban en la misma casa, no convivían.
“Él dice que ella lo abandonó porque ya no lo quería, y que Paola le pidió que la llevara a la terminal de transportes para irse a una población cercana. Según él, Paula lo llamó dos días después y le dijo que no volvía más con él, y le dejó al niño. Pero quién me garantiza a mí que él si la fue a llevar a ese terminal. Va pasando el tiempo y nada de mi hija. Samuel dice que no tiene para pagar un abogado (para agilizar las investigaciones) y yo tampoco”, relató Rosalba.
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