Sucesos


Así atraparon a presunto asesino de Napoleón Perea Fernández

WILSON MORALES GUTIÉRREZ

24 de septiembre de 2016 12:00 AM

Es un muchacho. Terminó sus estudios de bachillerato y a sus 20 años su historia es parecida a la de algunos jóvenes de barrios populares, de su edad. Tras no conseguir un trabajo estable, trabaja esporádicamente como mototaxista.

No tiene antecedentes y solo una vez estuvo al frente de la ley: cuando denunció ser víctima de una agresión. Pero ahí está Johnnatan Castro Castro, sentado frente a una jueza de Garantías en una silla de la sala 4 de audiencias del Centro de Servicios Judiciales que está en el Centro Histórico.

Afrontando un proceso por tres delitos, por los que podría pasar más de 30 años en una cárcel. Por los que su vida quedaría reducida al encerramiento en una celda. El hecho por el que lo procesan es desdeñable. Lo señalan de matar en un atraco al comentarista deportivo Napoleón Perea Fernández, hijo del célebre periodista extinto Napoleón Perea Castro, cuyo nombre lleva un centro recreacional de la ciudad. Lo señalan de causarle un daño irreparable a una familia próspera y unida.

Johnnatan aprieta las comisuras de los labios y la Fiscal Seccional 33 le recuerda su situación. “Como funcionarios estamos atendiendo todos estos hechos para contrarrestar la situación de inseguridad que vive la ciudad, que se ha mostrado en las noticias. No entiendo cómo viendo todo eso, un joven con todo lo bonito escoge una alternativa de vida como esa. Ir hasta donde un hombre, dispararle y luego coger el celular que se le cayó, avaluado en 500 mil pesos, e irse. Ni siquiera llevaba casco puesto, lo que hizo fue como un desafío. Eso amerita que esté recluido en una cárcel, además no tiene un lugar definido de residencia”, indica la Fiscal 33 en la cita pública, mientras mira a los ojos a Johnnatan.

La petición es apoyada por el defensor de la familia de la víctima, el abogado penalista Anthony Sampayo Molina. Los argumentos esbozados por la representante del ente acusador, soportados en un trabajo de investigación y acción realizado por efectivos de la Interpol y de la Sijín de la Policía Metropolitana de Cartagena, surten efecto.

Luego de analizar la situación, la jueza de Garantías que preside la audiencia halla válidos los argumentos de la Fiscalía y manda a la Cárcel de Ternera a Johnnatan por los delitos de homicidio agravado, hurto agravado calificado y porte ilegal de armas de fuego o municiones agravado, cargos que no aceptó.

Al salir de la sala de audiencias, el joven procesado abrazó a su madre y no pudo contener las lágrimas. Lloró como un niño. “Yo lo siento, pero este es mi hijo y lo tengo que respaldar”, dijo la madre del joven a un periodista que intentó abordarla.

 Las escenas antes referidas se dieron en medio de la audiencia que se hizo ayer, entre las 10:45 de la mañana y las 2:50 de la tarde. La Fiscalía tiene seis testigos contra el presunto homicida, además de videos de cámaras de seguridad que captaron la moto en la que iban los dos atracadores que participaron en el asesinato de Napoleón Junior. Dichas cámaras captaron la placa del vehículo: ZMR-16D.Esa es la misma placa de la moto de la que es dueño Johnnatan Castro, quien es oriundo de Arjona. Un testigo presencial del crimen las memorizó y se las dio a las autoridades.

Así fue el crimen,según la Fiscalía

Según el relato de la Fiscal 33, el crimen ocurrió el domingo pasado, a las 5:30 de la tarde. Napito, como le decían por cariño al contador de 54 años, estaba en la tienda El Albercón de la 29, que está en una esquina del Pie de la Popa. Se tomaba unas cervezas con un amigo de toda la vida y la mujer de este. Los tres estaban en una mesa y cerca, en otra mesa, estaban tres hombres y una mujer. De repente, dos sujetos en una moto llegaron al lugar.

El parrillero, que sería Johnnatan Castro, se quitó el casco y se lo entregó al conductor. Bajó y llegó hasta la mesa donde estaban los tres hombres y la mujer. Las investigaciones indican que el atracador le quitó un Iphone 6 a uno de los hombres. Napoleón chateaba por su celular, igual que su amigo, sin darse cuenta de lo que pasaba. Fue entonces cuando el delincuente lo sorprendió por la espalda y le puso en el cuello el cañón de un arma de fuego. La reacción de la víctima fue voltearse abruptamente a ver qué pasaba. Fue entonces cuando recibió un balazo en el cuello. Su celular, marca Motorola y avaluado en $500 mil, cayó al piso.

El atracador, con mucha frialdad, recogió el artefacto electrónico y se fue caminando a donde lo esperaba su compinche, con quien huyó. A Perea Fernández lo llevaron a la Clínica Cartagena del Mar, donde murió instantes después. Dos minutos después del crimen, un policía llegó al lugar del hecho.

Un testigo presencial que memorizó la placa de la moto, se la dio. Pese a que la Policía puso un gran operativo en marcha, los dos malhechores escaparon. Fue así como la miembros de la Policía empezaron a rastrear el Iphone 6 que fue hurtado por medio del GPS, pero no pudieron ubicarlo porque los atracadores lo desactivaron. Las investigaciones continuaron su curso mientras había conmoción en la ciudad por el vil crimen y solo dos días después, Napito era enterrado en medio de pancartas que exigían justicia.

El general Carlos Rodríguez, comandante de la Policía Metropolitana, indicó que el detalle más importante para ubicar al presunto asesino fue la moto, captada en videos de cámaras de seguridad de la institución y de negocios y casas cercanas a la escena del crimen. “Una vez tenemos identificada la moto, identificamos al propietario.

Ya con la asistencia de la Fiscalía y del Ministerio Público, se hacen los reconocimientos fotográficos del caso por parte de testigos. Cuando se tiene identificado al ciudadano se solicita la orden de captura por el fiscal, ante el juez”, explicó el general Rodríguez. Dicha orden de captura fue emitida el jueves en la mañana, cuando ya los investigadores habían hecho control de los movimientos del presunto asesino. Fue así como el jueves, a las 6:10 de la tarde, efectivos de la Sijín llegaron a la cerrera 30 del barrio La Esperanza.

Allí, frente a una panadería, estaba la moto de Johnnatan, la misma que se habría utilizado en el crimen de Napoleón. “En ese momento Johnnatan llegó y dijo que esa era su moto. Mostró los papeles y entonces lo capturamos”, indicó un investigador del caso. El aprehendido fue dejado a disposición de la Fiscalía y ayer se realizó la audiencia de Garantías en la que una juez lo mandó a la Cárcel de Ternera. “Seguimos trabajando para la identificación y captura del otro delincuente. Estamos cerca”, concluyó el general Carlos Rodríguez, quien además señaló que se analiza el pago de recompensa a personas que colaboraron en la investigación.

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