Una supuesta red criminal que operaba extorsionando desde las cárceles fue desvertebrada en las últimas horas por unidades del Gaula en coordinación con la Fiscalía Tercera Especializada. Mediante la operación Muralla II y tras dos años de investigaciones, las autoridades lograron 36 capturas, diez de ellas por notificaciones en centros carcelarios y otras 26 mediante allanamientos en Cartagena, Medellín, Montería, Santa Marta, Barranquilla y doce ciudades más.
Según el general Carlos Rodríguez Cortes, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, en las capturas por allanamientos figuran 21 mujeres y cinco hombres.
“Fundamentalmente los reclusos realizaban las llamadas extorsivas, eran varias las mujeres que llegaban a las cárceles de El Bosque, en Barranquilla; Ternera, en Cartagena; y Picaleña, en Ibagué; llevaban la información a los reclusos para que estos pudieran realizar estas llamadas extorsivas (…)”, indicó el general Rodríguez.
Supuestamente, los reclusos recibían información de familiares y con esa información procedían a hacer llamadas extorsivas afirmando ser miembros de bandas criminales para obligar a sus víctimas a realizar consignaciones. Otro grupo de personas cobraba el dinero afuera de la cárcel, en diferentes empresas de giros o bancos.
“Es una empresa criminal donde se reparten tareas ellos, escogían aleatoriamente a las víctimas través de directorios telefónicos, tarjetas de presentación e incluso por anuncios de prensa. Hemos logrado nuevamente dar un golpe al tema de las extorsiones”, agregó Vicente Guzmán Herrera, director Seccional de Fiscalía.
De los presuntos delincuentes cayeron diez en Cartagena y el resto en otras ciudades del país, desde las que fueron trasladados a La Heroica en aviones de la policía. Deben responder por concierto para delinquir con fines extorsivos.
Se conoció que dos de los capturados, quienes eran los mayores recaudadores de dinero, tienen vigente una circular azul de la Interpol. Ayer se legalizaron las capturas y hoy se realizarían las audiencias de imputación de cargos y medida de aseguramiento de todos los capturados.
“Hay que destacar que fue un trabajo milimétrico y con tiempo, no solamente para la operación de captura sino para el traslado de esas personas, muy a pesar de que estaban en diferentes puntos geográfico del país”, afirmó Guzmán.
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