Dos abogados fueron atacados a bala en el vehículo en el que se transportaban cuando dos sujetos que se movilizaba en una motocicleta le dispararon en un sector de la calle 80B con carrera 42B, barrio Ciudad Jardín, al norte de Barranquilla.
Varias personas salieron a la calle y otros transeúntes se detuvieron en el lugar luego del atentado a los dos ocupantes de un lujoso vehículo marca Ford, de color rojo y placas ZYX 372.
Los dos hombres fueron auxiliados y trasladados a diferentes centros asistenciales de la capital del Atlántico donde los identificaron como José Alberto Morillo Navarro, quien presenta un impacto en la espalda y otro en la mano derecha y fue llevado al Hospital Metropolitano.
El otro es Fernando José Morillo Cohen, quien fue impactado en la espalda y el brazo derecho y a quien trasladaron a la Clínica Reina Catalina.
De acuerdo a allegados a la investigación, los dos hombres estaban conscientes y dijeron que no sabían el porqué del ataque.
CONOCIDO
Este medio conoció que ambas víctimas son abogadas y que Morillo Navarro es tío de Morillo Cohen. También que el primero había estado vinculado a una investigación por la comercialización ilegal de unos predios en Isla Barú, en Cartagena.
De acuerdo la información, Morillo Navarro fue capturado en enero del año 2000 en la carrera 42E con calle 80, cerca de donde ocurrió el atentado de este miércoles, haciendo efectiva una orden de captura emanada el seis de agosto de 1996 por la Unidad de Fiscalía Tercera de Delitos Contra la Fe Pública, de Bogotá.
En ese momento se le sindicaba de, presuntamente, haber vendido unos predios de Isla Barú sin tener los documentos que acreditaran su propiedad. Además de eso, los investigadores dijeron que él usaba las identidades falsas de Federico Pérez y Fernando Morillo para poder moverse en Barranquilla.
La investigación contra Morillo Navarro dio a conocer que entre 1991 y 1993 él y un grupo de abogados buscaron a varios nativos de la isla y los financiaron con un millón de pesos a cada uno para que invadieran terrenos que en ese momento eran propiedad de la Corporación Nacional de Turismo.
Los nativos tenían que hacer sembrados y cercamientos y luego los abogados los ayudaban a adelantar procesos de amparo policivo para reclamar la propiedad como si fueran dueños años atrás.
Posterior a eso, los abogados les vendían los predios a terceros que finalmente pagaban sumas muy bajas y quedaban como dueños de grandes lotes que eran del Estado y que quedaban en los sectores de Playa Bonita, Playa Blanca y Porto Naito.
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