Olga Beleño tenía por costumbre llamar por teléfono casi todos los días a las 4 de la tarde a su esposo, Zoilo Pino Pérez.
Lo llamaba siempre que el vigilante estaba trabajando, para saber cómo estaba y cómo iba su día.
El miércoles, extrañamente, no lo hizo. Ese día su marido salió de su casa a las 6 de la mañana y ella esperaba que llegara a las 7 de la noche, pero no fue así.
A esa hora, un colega de Pino Pérez llegó a su casa a darle una mala nueva. Le informó que un sujeto que iba de parrillero en una moto le había dado un balazo en la cabeza y otro en el pecho a su marido, mientras este último prestaba su turno como vigilante en el motel Las Dunas, en Canapote.
Olga salió a toda prisa a ver qué le había pasado al padre de sus cuatro hijos.
Llegó al motel y allá le indicaron que lo habían llevado al CAP de Canapote y luego a la Clínica San José de Torices.
Al llegar a este último centro médico le informaron que su marido estaba muerto. La noticia tiene afligida a la mujer.
Se cree que al vigilante lo mataron cuando intentó reaccionar ante su verdugo, que luego de dispararle le robó su arma de dotación.
El delincuente es buscado por la Policía. “En el motel nos dicen que las cámaras están dañadas. Aún no hay pistas de los agresores”, dijo un pariente del vigilante. Zoilo tenía 4 hijos con su esposa y uno más de otra relación.
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