Padres repletos de dolor, hermanos con lutos a cuestas y parejas e hijos que derraman un llanto amargo. Son los parientes de las cinco personas que murieron en hechos aislados que ocurrieron en Cartagena y tres poblaciones cercanas, entre la noche del sábado y la tarde de ayer. Momentos violentos en los que las balas, las armas blancas y la rabia hicieron estragos en Cartagena (2 muertos), en el corregimiento de Tierrabaja y en los municipios de Marialabaja y Turbaco.
Uno de los hechos fue protagonizado por una mujer. Se trata de María Calvo Martínez. Una versión deja ver que el sábado a las 10 p. m., la mujer estaba cerca de su casa, en Marialabaja.
Estaba reunida con varias personas y se trenzó en una discusión con Julio Alberto Cassiani Murillo, quien era conocido de ella. No se sabe por qué fue la discusión, pero se dice que en medio de los gritos, Julio habría tomado un machete y habría cortado a María en un brazo. Varias personas habrían intercedido y en medio de la confusión la mujer habría tomado un cuchillo y habría herido en el cuello a Julio. Al hombre lo llevaron al hospital del pueblo y lo trasladaron en una ambulancia a Cartagena para llevarlo a la Clínica Madre Bernarda, pero llegó muerto. Por la herida del brazo, María también fue trasladada al mismo centro médico, donde está recluida bajo custodia policial.
El mismo sábado en la noche, la tragedia tocó a la puerta de Dayro Alberto Sagra Montoya. El joven, de 27 años y quien montaba caballos de paso fino, vivía con su familia en una finca que está detrás del barrio El Country, en Turbaco, en la que funciona una pesebrera.
Una versión deja ver que a las 7 p. m. de ese día, salió de su hogar a comprar unos pañales y un juego para su hija. Cerca de las 10 p. m., regresaba, pero poco antes de llegar a la finca, en una trocha, fue interceptado.
No se sabe por quién o quiénes, pero lo cierto es que fue atacado con cuchillo: le dieron 11 cuchilladas en la espalda, una en el cuello y otra en la cabeza. Instantes después, el hombre fue auxiliado por parientes, quienes escucharon sus gritos. Lo llevaron al hospital del municipio y luego a la Clínica Madre Bernarda en Cartagena, donde murió a las 12:30 a. m. de ayer.
Carlos Sagra, hermano de Dayro, contó que el único problema que tenía este ocurrió hace cuatro días. Asegura que tuvo problemas con hombres que entraron a robar a su finca. Uno de estos fue capturado por la Policía, pero luego quedó libre. Carlos indicó que se investiga si la muerte de su hermano podría ser una represalia por ese hecho.
De otra parte, está la muerte de Roberto Berrío Barboza, quien tenía 35 años. Vivía en la calle La Gallera del corregimiento de Tierrabaja y los suyos contaron que su perdición fueron las drogas. “Él era campesino, pero luego empezó a consumir drogas alucinógenas y dejó de trabajar. Las drogas le causaron problemas psiquiátricos”, indicó una hermana de Berrío.
Hace una semana, en una predio en Tierrabaja hurtaron un carnero. A Roberto lo señalaban de haber robado el animal, aunque su familia desconoce si ello fue cierto. El sábado en la noche, como de costumbre, salió a tomar cerca de su casa. Dicen que en el lugar donde estaba se encontró con un sobrino del hombre al que le habían robado el carnero.
Este le habría reclamado el animal y entonces se armó una discusión. Se dice que Roberto salió a toda prisa del lugar, mientras varias personas lo perseguían. Lo golpearon con piedras y también le causaron heridas con cuchillo en la espalda, el cuello y la cabeza. Tras ser agredido, el hombre quedó abandonado a su suerte en un sector enmontado del corregimiento.
“A las 2:30 de la madrugada de hoy -ayer- nos fueron a tocar la puerta para decirnos que a Roberto lo habían matado y que lo encontraron muerto frente al portal de Tierrabaja. Él era un hombre que no estaba en sus cabales, no debieron hacerle eso”, indicó la misma hermana del difunto. El presunto asesino de Roberto se entregó a las autoridades ayer mismo en la mañana.
La muerte también rondó Cartagena. En el barrio Paseo Bolívar, sector Kennedy, vivía junto a sus tres hijos el ama de casa Jenniferth Rivera Amín. La mujer, de 26 años, se fue el sábado en la noche a una fiesta donde un vecino, que reside a pocas casas de la suya. La música sonaba y el licor no faltaba. A las 2 a. m. de ayer, se armó una riña entre dos jóvenes que estaban en el festejo. Una versión deja ver que el padre de uno de los jóvenes intervino y sacó un arma de fuego e hirió al contrincante de su retoño.
Luego habría hecho más disparos para dispersar a la turba que se le venía, y en medio de esa situación salieron heridas dos personas: otro joven y Jenniferth. Esta última recibió la bala en el pecho y fue llevada a la Clínica San José de Torices, a donde llegó muerta. Allegados de la mujer, al enterarse de su muerte, llegaron hasta la casa del hombre que habría disparado y como no lo encontraron, la quemaron. De la casa, hecha en madera, no quedó nada. El responsable de la muerte es buscado por las autoridades.
Por último, está el asesinato de un joven de 23 años, que según las primeras indagaciones se llamaba José David Álvarez Ramos. Se conoció que ayer, a la una de la tarde, estaba en un cambuche en un sector de Villa Estrella al que conocen como La Ye. No se sabe quién o por qué, pero el caso es que mientras estaba en el cambuche alguien lo sorprendió y le dio un balazo en la cabeza, matándolo en el acto. Las autoridades investigan los móviles del homicidio.
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