Luego de cuatro meses de espera, Medicina Legal confirmó que los restos óseos encontrados en la finca Paimaná, del municipio de Ciénaga de Oro, son los del docente jubilado Walter Emiro Vergara, quien había sido reportado como secuestrado por uno de sus trabajadores.
El profesor, que dictó clases durante largos años en el colegio Marceliano Polo de Cereté y en la Universidad de Córdoba, desapareció de su finca en el corregimiento de Berástegui y aunque la versión inicial fue la de un plagio, las autoridades encontraron un cadáver incinerado, enterrado en su propiedad, el cual fue objeto de estudio en Medellín.
Ahora las autoridades tienen como principal sospechoso al administrador de la finca, Martín de Jesús Espitia Cordero, quien indicó el pasado 10 de junio que el pensionado de 75 años se había ido con dos hombres que llegaron a buscarlo en un vehículo y que había dejado su celular y su cartera.
Algunos vecinos alertaron a las autoridades y señalaron que no habían visto ningún vehículo en el lugar y que por el contrario observaron que había fuego a la orilla de la represa. Allí efectivamente encontraron los primeros rastros de piel y dos días despúes, por el fuerte olor, encontraron el cadáver sepultado.
En su oportunidad el hijo de la víctima, Walter Vergara Padilla, había dicho que esa versión no era creíble toda vez que su padre es un hombre metódico y que jamás se iría con desconocidos, sin avisar a la familia.
La familia recibió la confirmación oficial de un hecho que ya esperaban, pues eran conscientes que su padre había sido víctima del trabajador que llevaba pocos meses laborando en esa propiedad.
Sus restos fueron velados en la funeraria Los Olivos de Montería hasta donde llegaron familiares y amigos a darles las condolencias y luego fueron sepultados en el municipio de Cereté, en el cual vivió la mayor parte de su vida.
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