Los buenos augurios no bastaron y el olor del incienso para atraer las buenas energías en este nuevo año fue socavado por el de la tragedia. Solo entre la tarde del 31 de diciembre y la madrugada de ayer, cuatro personas hallaron la muerte de forma violenta: tres fueron asesinadas y un presunto atracador se ahogó.
Menor, señalado por robo
La racha de muertes empezó el 31 de diciembre cuando Luis Eduardo Gutiérrez Medina, de 16 años, salió de su casa en la urbanización Villas de Aranjuez, sin decir a sus parientes a dónde o qué iba a hacer. “Este es mi día”, fue lo último que escucharon decir al menor.
Las autoridades indicaron que el miércoles, a las 3 de la tarde, Luis habría atracado a una mujer en El Cabrero y luego, cuando escapaba de una turba que quería lincharlo, se lanzó al caño Juan Angola, en el que se ahogó. Algunos creen que al lanzarse al agua se golpeó la cabeza con una piedra y murió.
El cadáver del menor ingresó a la morgue de Medicina Legal como NN. Ayer, a las 5. a. m., amigos de Luis llegaron a su casa y avisaron a sus parientes de lo ocurrido. Estos llegaron a la morgue de Medicina Legal y el cadáver lo reconocieron a las 9 de la mañana, por un tatuaje que tenía en la pierna derecha que decía “Luchito 3D” y por su cabello rojo. Los parientes del difunto, que llegaron a Cartagena hace 8 años desplazados por la violencia en Montecristo (sur de Bolívar), reconocieron que Luis si estaba metido en líos de pandillas, pero aseguran que no era atracador. Piden que el caso se investigue.
El miércoles siguieron las tragedias y otro que no pudo llegar al nuevo año fue Harold Zúñiga Paternina. Hasta ayer solo se sabía que el joven, de 25 años, fue asesinado en una riña en el barrio El Libertador, que está junto al 20 de Julio. Recibió múltiples heridas con cuchillo y fue llevado a la Clínica El Bosque, donde pereció minutos después.
En atraco
También está la muerte de Gustavo Enrique Rubio Caraballo, un soldado profesional de 28 años. Sus parientes indicaron que estaba incapacitado desde hace 8 meses por problemas psiquiátricos, que le sobrevinieron luego que saliera afectado en la explosión de un campo minado en Toribío, Cauca.
Vivía en la calle 14 de Fredonia y ayer en la madrugada, luego dar el Año Nuevo a sus parientes, salió con su novia a la casa de un allegado en Viejo Porvenir. Allí duró poco, solo un par de horas, pero cuando regresaba a casa junto a su novia fue sorprendido por 5 atracadores.
“Gustavo como que opuso resistencia y le dieron un balazo en el pecho. A su novia le partieron la cabeza con la cacha del arma y luego le dieron patadas. Mi hijo murió en el acto y le robaron todas sus cosas”, relató la madre del militar. De los agresores solo se sabe que residen en el sector donde ocurrió el homicidio.
Por último está la muerte de Sergio Luis Simarra Fuentes, de 20 años. El 31 de diciembre se sentó junto a su madre en la terraza de su casa, en la vía principal del sector La Puntilla de Olaya Herrera, y le prometió a esta que dejaría de estar metido en peleas de pandillas, y que en el 2015 empezaría a trabajar y terminaría su último año de bachillerato. Sin embargo, su pasado no lo perdonó.
Ayer, a las 6 a. m., salió de su vivienda rumbo a la casa de su novia. No había caminado dos cuadras cuando fue sorprendido a balazos. “Un pelao al que le dicen ‘el Miquima’ le dio un balazo en el pecho y otro en una pierna. Ellos habían tenido discusiones, pero nunca pensamos que ‘el Miquima’ fuera capaz de eso. Ya ha matado como a tres”, relató Arelis Fuentes, mamá de Sergio. A Sergio lo llevaron al CAP de Olaya, pero llegó muerto. Su agresor huye.
La Policía Metropolitana de Cartagena indicó que entre la noche del miércoles y la madrugada de ayer, miembros de la institución atendieron unas 67 riñas, mientras que el año pasado fueron 72. Una de esas peleas ocurrió frente al Hospital Universitario ayer en la mañana, donde hubo enfrentamiento con machetes.
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