Con homenajes por parte de miembros de la Policía de Bolívar y con todo una familia unida en un solo dolor. Así fue la despedida a Francisco Manjarrés Martínez, el policía pensionado al que asesinaron en un atraco en la urbanización La Troncal.
Ayer, a las 4 de la tarde, al hombre lo sepultaron en el cementerio Jardines de Cartagena, y antes su cuerpo lo velaron en casa de su madre, en el barrio La Consolata. Sus parientes están destrozados, pero esperan que la ley actúe en contra de los presuntos responsable del hecho (Lea aquí: Piden justicia por asesinato en atraco de policía pensionado).
Fueron tres los capturados por la Policía Metropolitana y el lunes en la noche los llevaron ante jueces de Garantías. Un juez dejó libre a uno de los aprehendidos, a quien le hallaron un arma de fuego. No hubo argumentos para ligarlo a la investigación por el crimen de Manjarrés, ya que lo atraparon en una zona apartada del lugar de los hechos. Ya en otra ocasión lo habían aprehendido por porte ilegal de armas de fuego.
A los otros dos capturados, quienes fueron sorprendidos cuando iban en una moto, no les fue igual. Un juez legalizó sus capturas el mismo lunes en la noche. La audiencia se aplazó y se retomó ayer en la tarde. El juez les imputó el delito de homicidio agravado por petición de la Fiscalía y luego les dio a ambos medida intramural, por lo que serían enviados ayer mismo a la Cárcel de Ternera. Los dos asegurados son Camilo Jiménez Sierra, de 28 años, y Bernardino Rivera Salas, de 24 (venezolano). Deberán responder por homicidio agravado, hurto calificado y porte ilegal de armas de fuego.
Sueños frustrados
‘Pacho’, como le decían por cariño a la víctima, se pensionó hace seis meses por problemas de salud. Era intendente y estaba adscrito a la Policía de Bolívar. Vivía en la urbanización Nuevo Horizonte con su esposa, Gladys Guerrero, y sus tres hijos menores (deja cuatro).
“Tenía muchos planes, pero últimamente me decía que me fuera a vivir a su casa con mi hijo y mi marido, que construyera en la parte de arriba”, recordó una hija de Manjarrés. Pero todos los sueños de este quedaron en nada, cuando un atracador le llevó la tragedia.
El domingo en la tarde, se fue con su familia a casa de su hija mayor (que es producto de su primera relación). A las 6 de la tarde, salió por un momento de la vivienda y estaba en el andén, cuando cuatro sujetos a bordo de dos motos llegaron. “Dos de ellos se acercaron y uno sacó un arma y le quitó la cadena a Francisco. El otro caminó hasta la terraza y nos amenazó, también con un arma. Mi hija tenía a su bebé de tres meses en brazos y el sujeto le dijo al marido de ella que le diera el reloj, o iba a matar al bebé y empezó a apuntarle a este. En ese momento el atracador que tenía a Francisco le arrebató el celular y él se opuso, y comenzaron a forcejar junto a un carro. Ahí fue que el atracador le dio un balazo en el abdomen, casi a quemarropa”, relató la esposa del intendente. Los agresores huyeron y al baleado lo llevaron a la Clínica Blas de Lezo, donde murió instantes después porque la bala que recibió le afectó varios órganos vitales. “Damos gracias a la comunidad porque gracias a su información pudimos reaccionar rápidamente e hicimos las capturas”, indicó el general Carlos Rodríguez, comandante de la Policía Metropolitana.
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