Dos horas hicieron la diferencia para romper la delgada línea entre la vida y la muerte. Dos horas que pudieron salvar la vida de Ronald Rafael Cabarcas Moranto, quien pereció en una clínica luego de recibir tres cuchilladas en medio de un riña en Santa Rosa de Lima, que empezó por una botella de ron. (Lea aquí: Asesinan a un hombre en Santa Rosa por una botella de ron)
La víctima, quien deja dos hijos, tenía 28 años y vivía en la calle 2 del barrio Fredonia, en Cartagena. Era electricista automotriz y nació en Santa Rosa de Lima. Por ello, el 29 de diciembre decidió irse a ese municipio a pasar fin de año con familiares.
Pero allá solo lo esperaba la mala hora. El primero de enero, decidió continuar celebrando y se fue al barrio El Sagrado a un baile de picó, que fue organizado por la alcaldía municipal.
Todo iba bien para el electricista, quien al ver que los tragos le iban haciendo efecto, decidió entregarle sus dos celulares a la mujer de su compadre. Con estas dos personas y otros amigos y familiares estaba departiendo.
“Él nos dijo que se sentía muy mareado, pues había estado tomando mucho y para que no se le perdieran los dos celulares, le dijo a la esposa de su compadre que se los guardara”, explicó Rafael Cabarcas Escudero, padre de Ronald.
Todo iba bien para este último, hasta que los tragos hicieron efecto y empezó a sentirse mal.
Por ello, dice la compañera sentimental de Ronald, Eliana Fernández, este fue a donde la mujer de su compadre y le pidió que le entregara los dos celulares que le dio a guardar.
“Antes de morir nos pudo contar que en ese momento ya se iba para la casa y se acordó que le había dado los celulares a la mujer de Orley Barboza, pero cuando se los pidió, ella le dijo que ya los habían empeñado y que estaba fumado”, dijo Eliana.
Los parientes de Ronald aseveran que eso fue lo que le molestó a este, quien empezó a reclamar sus celulares. Ello dio paso a una discusión.
Se dice que otro hombre que estaba en el lugar, a quien llaman ‘el Flaco’, le contestó a Ronald y le dijo que él había empeñado los celulares por una botella de ron.
Esta situación generó una riña y cuenta que el electricista le dio una trompada a ‘el Flaco’ y varias personas se metieron en la pelea.
En medio de la confusión, sería ‘el Flaco’ quien sacó un cuchillo y atacó a Ronald, quien sufrió dos heridas en el pecho y otra en el tórax.
Pese a estar herido, el electricista pudo salir del sitio por su cuenta. Iba rumbo a su casa, cuando miembros de la Defensa Civil lo auxiliaron, llevándolo al hospital del municipio.
Allí le suturaron las heridas, pero no notaron que uno de sus pulmones estaba afectado. En una rápida reacción, miembros de la Policía Metropolitana capturaron al presunto agresor, que quedó a disposición de la Fiscalía.
A la una de la tarde del primero de enero, al herido le dieron de alta y lo mandaron a su casa.
Seguía quejándose del dolor y sus familiares contaron que lo llevaron de nuevo al hospital municipal, pero les indicaron que las lesiones no eran graves.
Ante la situación, sus parientes lo trajeron a Cartagena la madrugada del martes, ingresando a las instalaciones de Salud Total en Santa Lucía.
De allí fue remitido a la Clínica La Ermita, donde lo ingresaron a cirugía de inmediato. Allí, los médicos descubrieron que uno de sus pulmones estaba lleno de sangre.
Mientras le hacían la intervención, sufrió un paro cardiaco y murió.
Los parientes de Ronald indicaron que los galenos le dijeron que si este hubiese llegados dos horas antes a ese centro médico, se hubiese salvado.
Dos horas hicieron la diferencia para romper la delgada línea entre la vida y la muerte.
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