Fue aparatosa la forma en que Keiber Pacheco Segovia se golpeó contra un separador de la carretera Troncal de Occidente, en Turbaco. Eran las 10:15 de la mañana de ayer cuando el joven cayó de la moto en la que iba de parrillero y quedó tendido en esa vía, diagonal a la estación de la Policía.
El conductor de la moto también se fue contra el pavimento, pero resultó ileso. Fueron muchos los curiosos que se acercaron a ver qué era lo que pasaba con Keiber, que no respondía a los esfuerzos que hacía el conductor de la moto por reanimarlo. Muchos decían que estaba muerto, que se había desnucado tras golpearse la cabeza contra el separador de la doble calzada.
Algunos le tomaron el pulso y dijeron que no tenía signos vitales y fue en ese momento en el que un hombre que decía ser pastor de una iglesia tocó al muchacho desvanecido, de 18 años, y empezó a orar por él en mitad de la carretera y bajo el inclemente sol. Los murmullos se oían mientras el pastor oraba para que Keiber reaccionara. Pero para este no hubo milagro.
Luego que lo levantaran y llevaran al hospital de Turbaco, fueron galenos quienes indicaron que su ciclo de vida en este mundo había terminado. El joven mototaxista fue una de las dos personas que murió ayer en la mañana en accidentes de tránsito. La otra fue Marcos Flórez Zerda, quien fue arrollado por una moto en la variante Mamonal-Turbaco.
Prometió que volvería
Keiber Pacheco era el menor de 5 hermanos y vivía en la última calle del barrio Las Cocás, en Turbaco. Ayer, poco antes de las 7 de la mañana, el mototaxista salió de su casa en su moto. Antes de hacerlo, le prometió a su abuela materna que regresaría a las 2 de la tarde, porque la iba a llevar a la iglesia a la que la mujer asiste. Pero la muerte impidió que cumpliera su promesa.
A las 10 de la mañana, llegó a la estación de gasolina que está frente al hospital del pueblo. Allí dejó parqueada su moto, porque le iba a hacer un favor a un amigo. “Se montó de parrillero en otra moto y se fue a donde su amigo”, indicó una familiar de Pacheco.
Una versión deja ver que el conductor de la moto habría parado el vehículo en una llanta, hasta estrellarse e irse contra el separador. Otros, aseguran que luego de parar la moto en una llanta, intentó adelantar un camión que iba en su mismo carril. Se habría metido entre el pesado vehículo y la jardinera, hasta perder el control y estrellarse, sin poder hacer el quite a la tragedia. Esas versiones las investigan las autoridades para determinar qué pasó en verdad.
De otra parte, está la muerte de Marcos Flórez, un campesino de 74 años. Vivía con su mujer y dos de sus 14 hijos, en la carrera 80 del barrio La Sierrita. Sus parientes relataron que tenía una finca pequeña junto a la variante Mamonal-Turbaco y que todos los días iba a labrar su tierra. Iba en la mañana y regresaba a casa en la tarde. El martes pasado, a las 6:30 p.m., cuando regresaba a su hogar, el hombre mayor cruzaba la mencionada variante y un carro que, según sus parientes, transitaba con exceso de velocidad, lo arrolló, causándole múltiples lesiones. El hecho ocurrió frente a la entrada de Nelson Mandela. A Marcos lo llevaron a la Clínica El Bosque, pero murió ayer, a las 5:30 a.m., ante la gravedad de las heridas.
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