Faltó solo un minuto, mayor atención, entrega o sentido común para proteger a dos pequeños, que lo único que necesitaban era amor y mucho amparo.
Dos padres dejaron la salud y el bienestar de sus hijos al azar. Sí, esa sería la razón por la que dos almas puras dejaron de existir, en la tarde del domingo, mientras que sus padres, aparentemente, se ocupaban de otras cosas.
Eran las 6 de la tarde de ayer, cuando Kellys Suárez llegó a su casa, en el sector El Oasis de Bayunca, y encontró al mayor de sus dos hijos tendido sobre el piso, pegado a un cable de energía eléctrica. El menor, de 5 años, estaba inconsciente.
Pero, ¿quién estaba cuidando al pequeño y a su hermano, de tan solo 3 años, en ese momento? La respuesta es indignante. El menor fallecido quedó solo y el otro al cuidado de una vecina. Eso dicen algunos residentes del sector.
Por su parte, Kellys asegura que salió un momento a la tienda y se llevó al niño menor, y al regresar se encontró de frente con la tragedia, pero sus vecinos la desmienten. La mujer, al parecer, acostumbra a salir a fiestas y dejar a los niños solos por varias horas.
A un baile de picó
Esa es la versión que cuentan varios vecinos de Kellys, quienes dicen que ella salió el domingo a un baile de picó, entre la mañana y el mediodía, y dejó al niño jugando en la calle.
Según ellos, la madre se estuvo planchando el cabello con algunas amigas y no recogió una extensión que estaba pelada. Luego salió y el pequeño quedó sin la supervisión de alguien responsable.
Las horas pasaron y el menor estuvo jugando cerca de su casa. Comió una galleta y entró a la vivienda, al parecer, a tomar agua, pero no volvió a salir.
Kelly recuerda que cuando encontró a su hijo y lo cargó, sintió la energía que irradiaba el cuerpo. De inmediato, corrió a buscar ayuda y un tío la acompañó al puesto de salud del corregimiento, en donde los médicos le confirmaron que el niño estaba muerto.
En Marialabaja
Thiago, de un año y tres meses, dormía en su casa mientras que su papá estaba donde un vecino. El hombre, según contó el abuelo del menor, se pasaba de una vivienda a la otra supervisando que el menor no se encontrara solo al despertar, pero sus cálculos fallaron y la mala hora llegó.
El bebé reaccionó y bajó de la cama. Justo en ese momento, tropezó con el cable de un abanico y se electrocutó.
Ante el hecho, los dolientes del pequeño no quisieron dar mayores declaraciones, mientras reclamaban el cuerpo en Medicina Legal de Zaragocilla.
En Chiquinquirá
En la tarde de este lunes, un joven, de 23 años, subió a un árbol en compañía de un amigo para alcanzar mangos y recibió una descarga eléctrica, luego de tocar unos cables de alta tensión con la varilla con la que bajaban la fruta, frente a la séptima etapa de las Gaviotas, en el barrio Chiquinquirá, en la tarde de este lunes.
El compañero cayó al piso por la fuerza de la energía, pero está fuera de peligro y el otro fue trasladado a una clínica, en donde permanece bajo observación médica.
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