En los primeros 90 días de 2018 fueron asesinadas 55 personas, una más que en los primeros tres meses del año anterior. Si bien el arranque de este año en enero fue mucho más violento que el de enero de 2017, los meses posteriores han tenido una cifra menor en comparación con sus similares del año pasado. En febrero la cifra (12 casos) fue menor en 4 asesinatos, a la cifra de 2017; y el mes de marzo que recién terminó, tuvo 2 casos menos que el mismo mes del año anterior.
Las riñas, con 30 casos, son la principal manera de muerte en Cartagena. Esta cifra indica que, en promedio, hay un muerto por riña cada 3 días en la ciudad. Esta cifra es superior a las 25 muertes que iban por riña, al cerrar marzo de 2017. Las muertes por atraco son un punto a favor ya que en lo que va del año, se han presentado 3 casos, mientras que en marzo de 2017 ya habían matado a 9 personas en medio de hurtos. En conclusión: lo que se disminuyó en hurtos mortales, se aumentó en intolerancia.
La cifra de sicariatos también registró un aumento en este primer trimestre del año con 19 casos, lo que indica que hubo 5 homicidios más que en el primer trimestre del año anterior, en el que sucedieron 14 asesinatos bajo esta modalidad.
Aumento en marzo
Fueron 9 personas más que en febrero, las que asesinaron durante los 31 días de marzo que concluyeron la semana pasada. En total, la cifra arrojó que 21 personas cayeron víctimas de la intolerancia, los sicarios o por razones que aún no están claras para las autoridades. Las riñas, fueron la principal causa de asesinatos, seguida del sicariato.
Intolerancia adelante
Febrero se destacó porque, de las 12 muertas que ocurrieron en sus 28 días, la mayoría fueron ocasionadas por sicarios motorizados. Marzo, por su parte, volvió a dejar en evidencia a la intolerancia, manifestada en riñas, como la principal manera de muertes en la ciudad.
En total fueron 11 las personas que fallecieron en medio de enfrentamientos, de los cuales buena parte fueron de carácter interpersonal. Es decir, estas confrontaciones no fueron de pandillas o grupos de vecinos entre los que hubiera alguna disputa. Simplemente se trató de situaciones surgidas de momento o que tenían algún antecedente entre víctima y victimario.
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