El viernes en la noche el Instituto de Medicina Legal entregó a la familia de Durdana Brujin el cadáver de esta ciudadana holandesa.
Sin embargo, las diligencias para esclarecimiento de este hecho de sangre, que comenzó el pasado 19 de septiembre, continúan en Cartagena, según informaron las autoridades. (Lea: Autoridades buscan esclarecer muerte de holandesa en las Islas del Rosario)
Hernando Osorio Rico, abogado penalista de Peter Putker, esposo de la occisa, explicó que, en las últimas horas su cliente estuvo en Medicina Legal recogiendo el cadáver y que la repatriación del mismo depende de un trámite que adelanta la funeraria, “pero no es posible determinar cuándo podrá ser trasladado. Primero tienen que hacerle un tratamiento al cadáver para preservarlo y después se determinará qué se va a hacer”, anotó el jurista.
Se supo que Peter Putker está alojado en un hotel de esta ciudad con su hijo mayor, Roderik Putker; y su hermana, Miriam Putker, mientras les entregan el velero Lazy Duck, inmovilizado por Guardacostas en el barrio Bocagrande.
Respecto a la familia de la finada, Osorio Rico informó que no se irán por ahora.
“Allá en Utrecht -comentó- (Holanda), ciudad donde viven, está un hijo de Peter Putker, quien recibirá el cadáver, pero el esposo se quedará en Cartagena, al igual que sus hijos. El cadáver se enviará a Bogotá; y, posteriormente, a Holanda para que los dos hijos menores de Durdana, junto a sus demás parientes, le den cristiana sepultura. Peter se quedará en Colombia, pendiente del proceso judicial por el asesinato de la esposa, pues él aspira a que las autoridades colombianas logren capturar a los asesinos”. (Lea: Esposo de holandesa asesinada en velero, sin restricción para salir del país)
Durdana Brujin, fonoaudióloga, murió de 54 años de edad; mientras Peter Putker, veterinario, tiene 60.
Se casaron hace 33 años y de esa unión nacieron tres hijos, quienes ahora tienen 32, 30 y 26 años. Siempre fueron amantes de los viajes, y hace tres años y medio compraron el velero Lazy Duck (Pato Perezoso).
El 15 de septiembre llegaron a Cartagena y el 19, el día de la desgracia, se fondearon en Isla Grande.
Hay dos versiones sobre las causas de este episodio: la primera la dio Putker, quien narró que un grupo de 6 piratas subió al barco, mientras él estaba sentado en la taza del baño.
Minutos después, dos hombres encapuchados lo redujeron y aprisionaron contra la pared con un tubo metálico.
“Evidencia de eso -dijo Putker- es la herida que tengo en el lado derecho de mi cabeza”.
Aseguró que lo amarraron con cables de los equipos de comunicación del barco y que escuchó los gritos de su mujer, quien se disponía a preparar la cena cuando los atacaron.
Eran las 7 de la noche. Cuando el holandés por fin se pudo zafar, halló a Durdana tirada en la cubierta, con la cabeza cubierta por una toalla mojada y sucia de sangre.
Intentó reanimarla, pero se dio cuenta de que estaba muerta, por lo cual pidió auxilio con pitos y bengalas. También llamó al 112 desde su teléfono celular.
La otra versión, que no descarta la Policía, es un crimen pasional.
Hay quienes dicen en Isla Grande que escucharon los gritos de Durdana y la vieron moviendo los brazos.
La defensa de Putker dijo que es casi imposible que en pleno mar, a unos 150 metros de la orilla, se escuchen gritos.
Medicina Legal determinó que a Durdana Brujin la mataron mediante asfixia mecánica.
La Fiscal 33 lleva el caso de Peter Putker, quien debe dar una declaración ante el ente acusador, que determinará si lo vincula o no a la investigación.
El viernes se conoció que el holandés rendiría una declaración escrita a la Fiscalía, pero no se pudo.
“Él rendirá declaratoria oral. No sé cuándo la rendirá, pues la fecha la determina la Fiscalía”, aseguró el abogado Osorio.
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