Hombre que asesinó a su expareja llamó a su patrón para avisarle

Ella estaba feliz. El lunes llegó y la mejor cita de su vida, en varios meses, estaba a punto de cumplirse. El despertador sonó y ella se levantó rápido de la cama. En cuestión de minutos, se cambió y salió de su casa, en el barrio Flor del Campo.

Mimi Patricia Urbina Blanco, de 32 años, se iba a divorciar. La reunión con el abogado y su ex compañero sentimental era en el edificio Nueva Colombia, que está en la avenida Carlos Escallón, en el Centro Histórico de Cartagena. Mimi llegó puntual. Se sentía tranquila, pero ansiosa: John Jairo Castro, por fin, había decidido firmarle los papeles de la separación.

Los ojos de Mimi brillaban y su corazón latía tan rápido, que no veía la hora de terminar esa mala etapa de su vida. Los minutos pasaban y su ansiedad aumentaba, al tiempo que la mente de Jonh procesaba miles de ideas escalofriantes. Ideas que, al parecer, materializó cuando nadie se lo impedía. La felicidad de Mimi se evaporó con la ira infundada de su expareja.

Las manecillas del reloj marcaban las 7:20 de esta mañana y ambos estaban sentados en las afueras de la oficina del abogado. Segundos después, la tragedia llegó.
Mimi y John empezaron a discutir. Las razones son un misterio. Lo cierto es que la situación fue empeorando y John se veía agresivo, uno de los vigilantes del edificio vio, por las cámara de seguridad, que la expareja estaba teniendo una fuerte pelea y subió.

Al llegar, el trabajador se dio cuenta de que John tenía un cuchillo en la mano y estaba a punto de cometer una locura. Intentó intervenir y calmar las cosas, pero no lo logró. John, según él, lo amenazó con herirlo y el celador bajó corriendo a llamar a la Policía. Fue ahí, cuando Jonh consiguió lo que quería: hacerle daño a Mimi. Esa es la versión de varios testigos. 

Patrulleros que vigilan la zona llegaron al lugar, pero ya era demasiado tarde. Mimi estaba muerta en la mitad de la oficina. John le propinó dos cuchilladas, una de ellas en el cuello. Su muerte fue inmediata. El agresor en medio del desespero intentó hacerse daño y, al parecer, se cortó la mano izquierda, pero eso no lo libró de la ley. La herida es leve.

Los uniformados lo capturaron, de inmediato, mientras que miembros del CTI inspeccionaban el cadáver de Mimi. Tres criminalistas cargaron el cuerpo de la mujer y lo subieron al carro de la institución. John fue dejado a disposición de las autoridades competentes por el delito de homicidio.

“Llamó al patrón”

Un familiar de Mimi recibió una llamada. Del otro lado del teléfono estaba el patrón de John. El hombre estaba angustiado y desconcertado. No entendía que había pasado y sin tantos rodeos dio la mala noticia. Según él, John lo llamó llorando para decirle que acababa de matar a Mimi.

De inmediato, varios hermanos de Mimi llegaron al sitio, para corroborar que era cierto lo que acaban de escuchar.

Los familiares de la víctima aseguraron que los problemas de la pareja nunca pasaron a mayores. John siempre se portó como una persona decente y jamás fue agresivo con Mimi. Ella tampoco manifestó haber sido lastimada por John, durante su relación amorosa. Por eso no entienden por qué habría tomado la decisión de matarla.

“Él le preguntó hace como dos semanas: 'si tú de divorcias de mí, con quién te vas a casar' y ella le dijo que se iba a quedar sola, porque le había ido muy mal. Que mejor se quedaba sola”, relató un hermano de Mimi.

En la iglesia

Mimi y John se conocieron en un iglesia Cristiana cuatro años atrás. Según un hermano, la pareja empezó a salir y un año después se casaron. La ceremonia fue el 28 de diciembre de 2014. Ese día, ambos se veían muy felices, pero una semana después todo cambió.

Los recién casados se separaron. “Ellos se casaron y casi al otro día ya estaban mal. Le preguntamos por qué se separaba y nos dijo que él no le respondía como hombre”, afirmo, al mediodía, uno de los ocho hermanos de Mimi, en las afueras de Medicina Legal, en Zaragocilla.

La víctima era oriunda de Marialabaja, Bolívar, y deja dos hijos, de 13 y 9 años. Llevaba varios días sin trabajo y estaba a la espera de una llamada laboral. John Castro trabajaba como pintor de inmuebles y trabajaba cerca del edificio en donde ocurrieron los hechos.  

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