Alcira Garzón de Moreno y Manuel Moreno, madre e hijo, quedaron sin nada. Su casa en Flor del Campo, en la manzana 8B, se quemó y con ella todo lo que había adentro. Todo ocurrió ayer a la 1 de la madrugada del martes.
“Yo estaba sentado en la sala viendo televisión. Me percaté que debajo de la puerta había una luz, la abrí y vi que el carro se estaba incendiando y sobre el capó había un trapo lleno de gasolina ya prendido”, manifiesta Manuel.
Según su relato, corrió adentro a buscar agua para apagar la conflagración que se extendía a gran velocidad por todo el Mazda 323.
“Un vecino salió a ayudarme pero las llamas no se apagaban, por eso entré a sacar a mi mamá del cuarto y al salir de una se explotó el contador del gas”, complementa el hombre.
Los vecinos manifiestan que las llamas se esparcieron demasiado rápido por todo el vehículo y de ahí a la casa.
“Llamamos a la Policía y a los Bomberos, quienes llegaron de inmediato y lograron apagar el fuego”, dice un residente del barrio.
De Bucaramanga
Alcira, con cara de tristeza y preocupación, nos muestra cómo quedó su humilde vivienda: sin techo y con las paredes quemadas. “Se nos quemó todo, solo tenemos esta ropa y ya”, cuenta la mujer. Alcira y Manuel son desplazados por la violencia desde hace 30 años.
“Salimos de Santander para acá, nos refugiamos en Isla de León en El Pozón, ahora estamos acá y nos pasa esto”, asegura Manuel, quien con toda seguridad afirma que “esto fue un acto terrorífico, un acto vandálico”. La explosión del contador del gas reventó el tubo del contador del agua y el de energía.
“Ellos están vivos de milagro porque esas llamas crecieron en cuestión de segundos”, comentan los moradores del sector. Esta noche, madre e hijo dormirán en casa de los vecinos, quienes les brindaron alimentación y algo de ropa para que se limpiaran un poco después de esta tragedia.
Si quiere ayudar a Alcira y Manuel puede comunicarse al celular 3185197561 para acordar la entrega.
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