El Lazy Duck (pato perezoso), aún esconde en sus entrañas pruebas de lo que ocurrió la apacible y oscura noche del 19 de septiembre del año pasado en las aguas de la Bahía de Las Mantas, en Isla Grande (Islas del Rosario).
Ese día, en ese velero, estrangularon a la holandesa Durdana Bruijn y su marido Péter Pútker dice que los responsables fueron ladrones encapuchados, aunque las autoridades colombianas tienen dudas de su versión. En la embarcación quedaron rastros de lo ocurrido y eso bien lo sabe el Gobierno holandés. Por eso, casi seis meses después del asesinato, un grupo de investigadores de ese país llegó a Cartagena a inspeccionar el velero con el fin de sacar sus propias conclusiones, pues hay que recordar que ya las autoridades locales lo habían revisado, un día después del crimen. (Lea: Autoridades buscan esclarecer muerte de holandesa en las Islas del Rosario)
Tres hombres y una mujer
El Universal conoció en exclusiva que estas personas, tres hombres y una mujer, hacen parte del cuerpo especial de investigaciones de la policía holandesa y que arribaron a la capital de Colombia el jueves de la semana pasada, donde los esperaba un oficial encargado de ponerlos en contacto con las autoridades de nuestro país. Allí estuvieron hasta el sábado, cuando partieron, llegando a Cartagena ese mismo día.
Con equipos especiales, ayer en la mañana llegaron a base naval de la Armada Nacional, en Bocagrande, donde está anclado el Lazy Duck desde que fue inmovilizado por la Fiscalía General, institución que realiza las investigaciones para esclarecer la muerte de Durdana. Los holandeses subieron a un pequeño bote para llegar al sector donde está anclado el velero, a pocos metros de la base. Lo abordaron y empezaron con las pesquisas.
Se cree que podrían estar inspeccionando la nave durante dos días, y que tendrán otros dos para cruzar información con las autoridades locales y realizar el informe de sus hallazgos. El jueves podrían estar partiendo hacia Holanda.
El crimen
El 19 de septiembre del año pasado, Peter Pútker estaba con su esposa Durdana en su velero, fondeado en Isla Grande, a donde llegaron luego de hacer un recorrido por distintos puntos turísticos de la geografía colombiana. El hombre dice que poco después de las 8 de la noche, varios ladrones encapuchados subieron a la embarcación y lo golpearon en la cabeza cuando él estaba en la parte interior, lo que le hizo perder el conocimiento.
Al despertar y salir a la proa, dice Pútker, encontró a su mujer muerta. El cuerpo de Durdana fue llevado a la morgue de Medicina Legal en Zaragocilla y se determinó que había muerto por estrangulamiento. Las autoridades dijeron en ese entonces que todo era raro porque en la zona del hecho nunca habían ocurrido atracos a embarcaciones o situaciones similares. Pocos días después, llegaron a Cartagena varios parientes de Pútker, quienes lo acompañaron a Medicina Legal para reclamar el cuerpo de Durdana, que fue repatriado a Holanda, donde le dieron el último adiós. Para tener una mayor claridad sobre la suerte de Durdana, las autoridades holandesas le hicieron una nueva autopsia al cadáver de esta, iniciando así una investigación paralela a la realizada en Colombia, que se reafirmó el sábado con la llegada de los investigadores a Cartagena. Peter Pútker asevera que los ladrones mataron a su mujer y que en ningún momento él la agredió, y no tiene ninguna restricción legal en su contra. Se cree que esta semana, luego que termine la nueva inspección a su velero Lazy Duck, este podría ser “liberado” y quedar a su disposición nuevamente.
(Lea todo lo relacionado al caso en: Durdana Bruijn)
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