Katherine Pereira Barraza llegó ayer a las 12:30 p. m. a su casa, en la calle Colombia del barrio El Carmelo, acompañada por su esposo, Jaime Quiroz. La pareja, como era costumbre, llegó a almorzar.
La mujer esperaba que su tía Martha Elena Barraza, de 56 años, saliera a recibirla, pero no fue así. Se extrañó, abrió la puerta y empezó a llamarla, pero su tía no respondía. La buscó por la vivienda y al llegar al último cuarto se encontró con una horrible escena.
Tendida junto a una cama, empapada en sangre, estaba Martha. Los gritos y el llanto no se hicieron esperar. Testigos aseguraron que tenía un gran golpe en la frente y moretones por todo el cuerpo. También signos de intento de asfixia. La sobrina de la mujer llamó de inmediato a la Policía. Cuando los uniformados llegaron, descubrieron que la mujer estaba muerta. Martha Barraza fue víctima de un sujeto que ingresó a su casa y, tras atacarla, se llevó varias prendas, un portátil y otros elementos. Tras cometer el hecho, el sujeto salió de la vivienda y se fue caminando. El general Rodrigo González, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, indicó que el asesino iba vestido con una gorra negra, una camiseta de color amarillo de la selección Colombia y un jean. Llevaba puestas unas gafas negras. El hombre es alto y de tez morena. “Hemos recogido buenos testimonios y estamos tras la pista del sujeto”, indicó el general González.
Entró temprano
Marta Elena era oriunda de San Jacinto y hace unos tres años vivía en casa de su sobrina en El Carmelo. Cuidaba a la hija de esta, de 12 años. Se cree que el agresor sabía de los movimientos de la familia y esperó a que la mujer mayor quedara sola. Testigos contaron que el sujeto llegó a las 7:30 de la mañana de ayer. Un vecino contó que le dijo a Martha que le abriera porque iba a revisar unos trabajos de albañilería que días antes habían hecho en el patio de la vivienda. Marta habría caído en la trampa. Se cree que el sujeto intentó asfixiarla y luego le dio un golpe en la frente con un objeto contundente. Revisó la casa de arriba a bajo, buscando las prendas de valor. Aunque algunos comentaron que el cadáver lo hallaron semidesnudo, la Policía negó estas versiones. Tras cometer el atroz crimen, el agresor salió caminando de la casa.
Llevaba un morral y una bolsa negra en el hombro, donde guardaba las cosas hurtadas.
Pese a que se hicieron operativos en la zona para encontrarlo, logró escapar
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