Trabajaba en un restaurante en el Centro Histórico y al mismo tiempo estudiaba ingeniería de alimentos en la Universidad de Cartagena. Sus familiares dicen que era un buen muchacho y que nunca había tenido problemas con nadie. La Policía Metropolitana de Cartagena, por su parte, confirma que no tenía antecedentes judiciales.
Por eso, nadie entiende qué fue lo que motivó el asesinato de Roger Vega Llerena, quien el sábado en la noche fue baleado delante de su novia, en la tercera etapa de Nuevo Bosque, a solo unos pasos del campo de sóftbol de ese barrio. Murió en el acto tras los dos impactos de bala que recibió en la cabeza.
La víctima, de 26 años, vivía junto a su madre en San José de Los Campanos, pero frecuentemente iba a visitar a su novia en Nuevo Bosque. “Cuando salía de donde su novia se iba caminando hasta la Avenida Pedro de Heredia para coger el bus. Uno le decía que se cuidara, que eso que hacía era peligroso, pero él contestaba que no tenía problemas de ninguna, y que no le iba a pasar nada. Y era así, él me contaba todo a mí, era muy comunicativo y nunca se había metido en líos de peleas o algún problema”, contó un tío del estudiante.
Cuentan que el sábado, Roger se fue a buscar a su novia a Nuevo Bosque porque la iba a acompañar a un evento. La recogió y junto a ella se detuvo en una esquina de la tercera etapa de Nuevo Bosque, cuando el reloj marcaba las 8 de la noche.
“Esperaban una buseta de la ruta Campestre. Se les pasó una y Roger le dijo a la novia que no se preocupara, que esperaran otra buseta. En ese momento a la novia se le metió arena en las sandalias y cuando se agachó para sacársela, escuchó dos balazos”, relató el mismo pariente del difunto.
Los dos disparos que escuchó la joven fueron los que acababa de hacer un sujeto que vestía una camiseta de la Selección Colombia de fútbol, que llegó a pie y abordó al estudiante de ingeniería de alimentos. Sin vacilar, le dio dos balazos en la cabeza, matándolo en el acto.
Con el objetivo cumplido, el asesino corrió a donde lo esperaba su cómplice en una moto, el cual vestía un suéter de color gris. El agresor huyó con el conductor de la moto y logró escapar, pese a los operativos de la Policía en la zona.
Algunos rumoran que el asesino, al ver a Roger en el piso, lanzó la expresión “Mierda me equivoqué”. Sin embargo, familiares de la víctima y la misma Policía dicen que el delincuente no dijo algo. Mató a Roger y huyó sin decir una sola palabra.
Los parientes del estudiante están desconcertados ante lo ocurrido, no entienden por qué lo mataron. La Policía Metropolitana realiza las pesquisas del caso en busca de esclarecer los móviles del ataque y atrapar a los responsables.
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