La oscuridad aún reinaba cuando, a las 5 a.m. de ayer, una trabajadora del restaurante La vaca golosa, en la entrada de Turbaco, llegó al negocio. Se preocupó al notar que el vigilante, Pedro Antonio Gutiérrez Paso, no estaba en la entrada. Allí solía estar a esa hora, por lo que a la mujer le pareció muy extraño. Al entrar al negocio, se llevó una horrible sorpresa. En el piso yacía el vigilante, en medio de un gran charco de sangre. Tenía heridas de arma blanca en el abdomen y la espalda.
La mujer alertó a policías del cuadrante. Varios uniformados llegaron al lugar y constataron que Pedro estaba muerto. Pero, ¿quién y por qué lo mató? Las primeras inferencias indicaban que podría tratarse de un atraco. Sin embargo, la inspección técnica que realizaron en el negocio miembros de la Sijín, de la Policía Metropolitana, dejó al descubierto que dicha versión, probablemente, es falsa. La Policía confirmó que en el lugar no faltaba ningún elemento de valor.
Y aunque aún nada es claro, todo indica que podría tratarse de un asunto personal o una venganza. Una fuente de la Policía indicó que se revisaron videos de una cámara de seguridad que está en la entrada del restaurante, y que en uno de estos se ve cuando en cierta hora de la madrugada el vigilante entra al negocio.
Instantes después, salen dos hombres, cuyas identidades se desconocen. “Estamos investigando quiénes son para determinar si tienen que ver con el asesinato”, indicó la fuente de la Policía Metropolitana.
Se conoció que Gutiérrez era oriundo del municipio de Ovejas, Sucre. Se dice que vivía en el barrio El Carmelo, en Cartagena. Se esperaba que ayer en la tarde sus parientes llegaran a la morgue de Medicina Legal en Zaragocilla a realizar las diligencias para reclamar su cadáver.
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