Todo transcurría normalmente en la tienda y panadería La Sorpresa, que está junto al Corredor de Carga, en el sector Cartagenita del barrio El Bosque. Eran las 11:15 de la mañana de ayer y a esa hora llegó uno de los clientes habituales. El transportador Raúl Ignacio Parra Lopera.
El hombre, de 60 años y dueño de varias tractomulas, arribó al sitio a bordo de su camioneta, marca Nissan, de placas IYR-319, de Medellín. Bajó del vehículo y se sentó en una de las mesas plásticas que están en la terraza del negocio. Se quitó la gorra que llevaba y la puso sobre la mesa, y solo unos instantes después se le acercó un joven que reside en la zona al que llaman ‘el Piojo’.
“El señor era un ‘buena papa’. ‘El Piojo’ es un lavador de carros que vive en la zona y era el que le limpiaba la camioneta al señor. Se lo había ganado y por eso el señor lo trataba bien”, indicó un vecino del sector. Raúl invitó a comer al joven y solo unos instantes después, un trabajador del lugar ya les había servido la comida. Pero no pudieron disfrutarla. Con la llegada de dos asesinos, la tranquilidad que había en el lugar se transformó en gritos, sangre y muerte.
Los dos sujetos llegaron en una moto, marca Boxer, de color negro y placa MNS-42D. Se parquearon frente al negocio. El parrillero bajó, entró a la terraza del restaurante y al tener de frente al transportador, sacó una pistola y le dio un balazo en la cabeza. Para asegurar su acometido, accionó de nuevo su arma y le dio un balazo en el pecho. Los gritos de los que estaban cerca no se hicieron esperar.
Cuentan que al ver lo que pasaba, ‘el Piojo’ se levantó para intentar defender a Raúl, quien era oriundo del interior del país, pero ello casi le cuesta la vida. El sicario le dio un balazo en una pierna y luego corrió a donde lo esperaba su compinche. Los asesinos huyeron por el Corredor de Cargas, con dirección hacia La Purina.
Trabajadores del negocio intentaron ayudar a Parra, pero ya todo estaba dicho. Los dos balazos que recibió le causaron la muerte en el acto. “‘El Piojo’ se quedó ahí parado frente al cuerpo del señor que balearon. Estaba botando mucha sangre por la herida que tenía en la pierna y no se movía. Yo fui, lo cogí y lo monté en una moto, y lo llevé a la Clínica El Bosque”, relató un conocido del herido. Se supo que el joven está fuera de peligro.
Tras el asesinato, miembros de la Policía Metropolitana realizaron un “plan candado” para cerrar las vías de escape a los malhechores. Los operativos se extendieron hasta Junín y La Pajarera, pues se tuvo conocimiento de que los asesinos habían huido hacia ese sector. Pese a todos los esfuerzos de los uniformados, los delincuentes escaparon. Hasta ahora no se establecen los móviles del crimen y la Policía Metropolitana realiza la investigaciones para esclarecer lo ocurrido.
Investigadores analizan si hay cámaras de seguridad de negocios de la zona que hayan podido captar el actuar de los sicarios. La víctima vivía en el conjunto Parque de Zaragocilla.
Comentarios ()