La pasión que despertaban los toros en José Francisco Ortiz Hernández era tanta, que cada vez que entraba a una corraleja lo hacía en cuerpo y alma. Esta pasión que nació hace muchos años en el corazón de este hombre y por la cual decidió convertirse en un manteador o mantero, murió el viernes con él, en el ruedo de las corralejas del corregimiento de Las Piedras, en San Estanislao de Kostka o Arenal.
Llegó la mala hora
El viernes en la tarde, José exhibía su manto rojo retando a un toro de unos 400 kilos de peso. El show para los espectadores fue de lo mejor. Cuando terminó se llenó de gritos y aplausos. Al hombre, también conocido como el Mello, solo le quedaba abandonar el redondel, pero cuando se disponía a hacerlo, algo salió mal y fue alcanzado por el toro que introdujo el cacho en el cuello.
“Terminó la función y cuando iba a salir se tropezó con un caballo al cual trató de esquivar, pero no se percató de que el toro iba tras él y al mirar de frente este le metió uno de los cachos en el cuello”, dijo un testigo del hecho.
La multitud, en vista de que el animal había herido en el cuello a José, se metió para despistar al toro y tratar de salvarle la vida al torero, pero fue imposible. El asta del animal le dejó un gran hueco en el cuello por el cual salía gran cantidad de sangre. Más pronto de lo previsto, el exitoso mantero se desangró.
“Herencia de su padre”
Cómo no sentir amor por esta actividad, si lo heredó de su padre, del que también heredó el apodo. El padre también logró ser un afamado mantero.
Desde hace dos años, José asistía a diferentes corralejas para demostrar la habilidad que tenía para esquivar a los astados. En muchas ocasiones demostró que nadie lo superaba consiguiendo trofeos regionales, los últimos ganados fueron hace poco en Sucre.
“Muchas veces le decíamos que dejara esa maniobras ya que podían ser peligrosas, pero siempre estuvo decidido en lo que quería, es más, cada día que pasaba entrenaba con más fuerza para seguir marcando la diferencia”, dijo un amigo consultado.
Con buenos resultados
Gracias a su actividad, hace unos días compró una moto, algo que siempre deseó tener. En vista de que lo había logrado, se tomó un foto y la publicó en redes sociales dándole gracias a Dios por ese nuevo objetivo que le había permitido cumplir en su vida.
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