Indignado. Así está Robert Martínez Salcedo, por los falsos rumores que corren en la vereda Membrillal sobre su hijo Robert Martínez Gómez, también conocido como “El Zorro”.
Martínez Gómez murió al recibir una descarga eléctrica, en una finca de esa vereda, jurisdicción del corregimiento Pasacaballos.
El hombre no solo tiene que cargar con la aflicción, tras la repentina partida de su hijo, sino con la mala reputación que en ese barrio le han querido colgar.
“Esa es la gente chismosa que no sabe ni qué inventar. Mi sobrino no era ningún ratero, ni vicioso, era un pelao de bien”, dijo una tía.
Robert, el padre, fue a Medicina Legal, en Zaragocilla, junto con una hermana y otra hija, para hacer el procedimiento de la entrega del cadáver.
Para Gómez Salcedo no se cumplió la ley de la vida, que dice que los hijos entierran a los padres. Él enterró, junto a su hijo. una parte de su corazón.
Eso lo dijo Robert, convencido de cada palabra. “Mi hijo era amigo de los que vivían en esa finca, pasaba allá metido. Por eso sabemos que él sí entró con permiso y no iba a robar. No tenía necesidad de eso”, manifestó.
La tía de “El Zorro” dijo que este se quedó a dormir en esa finca y que, al día siguiente (viernes), iba volvería a su casa, en el mismo Membrillal, pero ocurrió la tragedia. Ese día se despertó muy temprano.
A las 6:30 de la mañana del viernes, Robert se puso un mocho, camiseta, chancletas, pero no alcanzó a salir del predio, porque agarró una guaya que estaba pegada a un poste y recibió la descarga mortal.
Nadie se percató del hecho, sino después de unas horas. Luego de un tiempo, “El Zorro” ya estaba frío y tieso.
Sus amigos regaron la mala noticia hasta que llegó a oídos del padre, quien corrió hasta el sitio, con la esperanza de que hubiera algo por hacer, pero el corazón de Martínez Gómez ya no bombeaba sangre.
“Nosotros creemos que el corrientazo le entró por una herida que tenía en el tobillo. Se la hizo un día que estaba limpiando monte. Lo digo, porque tenía la guaya ahí pegada”, comentó la tía.
Su gente afirmó que Robert era el mayor de cinco hermanos y se ganaba la vida trabajando en oficios varios.
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