“Yo no quiero que pagué tanto años. Él necesita ayuda en un lugar de rehabilitación. Es muy doloroso, pero es mi hijo y yo lo perdono”.
Así, con voz suave y ojos tristes, Miriam Ruiz Morelo, la mamá de Mirladys Torres Ruiz y de John Jairo, el asesino de Mirladys, Reconoce que él tiene problemas de drogadicción.
Una vez que ella termina de hablar, otro de sus hijos exclama “¡Qué Miriam! ¿Tú crees que le van a dar pocos años? No se te olvide que son dos muertes…”. (Lea aquí: Un abanico fue el detonante para que John Moscote matara a su hermana)
“No sabíamos que mi hermana estaba embarazada. No los dijeron en el CAP -de El Pozón- cuando se murió. Su marido y sus hijitos están destrozados”, menciona Mileidys, otra de las hijas de Miriam.
La chica tenía pensado dar la noticia en los próximos días, pero la muerte se cruzó en su camino, y lo peor, de manos de su propia sangre.
Tragedia anunciada
Con el peso de este sufrimiento, Miriam es consciente que el final de la menor de sus hijos y el destino del mayor se veía venir porque la relación nunca ha sido buena.
“Él nunca tuvo buena relación con ninguno de nosotros, pero con Mirladys era peor. Se insultaban tanto que mi mamá optó por hacer un cuarto aparte para ella”, recuerda la hermana de Mirladys. La familia reside en el sector Los Tamarindos, de El Pozón.
El menor de los varones de Miriam, el mismo que revela el estado de embarazo de Mirladys, dice que también ha lidiado con el odio de John. “Hace 8 meses intentó acuchillarme y yo me defendí. Siempre era el mismo cuento con él”, explica el muchacho.
Consciencia manchada
En una celda del CAI de El Pozón, John llora, una hora después que asesinó a su hermana y el efecto de la droga ha pasado. Su consciencia vuelve en sí, dándose cuenta de la tragedia que ha ocasionado. John quiere una salida rápida, así que intentó colgarse en la celda. “Los policías detuvieron lo que estaba haciendo. De no llegar ellos, se suicida”, cuenta Miriam, mientras dice un no con su cabeza.
Alias ‘John Moscote’, como lo llama la Policía, no logró su objetivo y a las pocas horas fue llevado ante un juez de Control de Garantías, que lo envió a la Cárcel de Ternera.
Larga lucha
Miriam es madre cabeza de hogar. Parió siete hijos, dos mellas, pero una falleció a los tres meses, entonces se quedó con seis. Años después, una buseta le mató al mayor de sus retoños. Le quedaron cinco. La lucha para sacarlos adelante ha sido fuerte, pero ha sido aún más complicado acabar con el problema de las drogas que tiene John.
Y es esa adicción la que lo llevó a terminar con la vida de su hermana. “La mujer de él -Jonh – le preguntó que por qué había hecho eso y su respuesta fue: ‘por faltona’. Estaba muy mal porque somos sus hermanos, él no tenía porque hacer lo que hizo”, dice Mileidys.
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