¿Cuál es la probabilidad de que a una misma persona la atraque el mismo delincuente en el mismo sitio de la primera vez? Cualquiera pensaría que es poco probable. Pues no, eso sería en otra parte, pero no en Cartagena donde los atracos y raponazos siguen a la orden del día, en cualquier sitio de la ciudad.
Pues eso le pasó a Rosa (*), una mujer trabajadora que la primera vez fue víctima de la delincuencia a las seis de la mañana, en el sector El Cairo, en Zaragocilla, cuando dos delincuentes en motocicleta la interceptaron cuando se dirigía al trabajo y le quitaron el bolso, donde llevaba, incluso, los cuadernos de la universidad, hecho que en esa oportunidad fue denunciada por este medio. Pues ahora, la misma mujer volvió a ser atracada el domingo por un par de delincuentes que nuevamente se movilizaban en moto y cuyo conductor era el mismo de la vez pasada.
El hecho volvió a ocurrir en la calle San Luis de Zaragocilla, cerca del parque que está a pocos pasos de la avenida Pedro de Heredia.
Dijo la mujer que la situación se dio en presencia de varias personas que vieron impávidos e inmóviles cómo los delincuentes la obligaron a entregar un pequeño bolso que llevaba cruzado sobre el pecho, por lo que el atracador hasta le haló el cabello para que ella entregara rápido sus pertenencias. Nadie hizo nada, ni siquiera llamar a la policía.
A esta denuncia se suma la de otra persona residente en la calle principal de El Cairo, quien dijo que esa parte de la ciudad está tan azotada por la delincuencia que a diario se presentan entre seis y ocho atracos a estudiantes, amas de casa, enfermos que van hacia el Hospital Universitario, niños, hombres, mujeres. “Lo peor es que por aquí estamos solos porque la presencia policiva en nula”, dijo la mujer.
Los raponazos, sobre todo a celulares, es lo que está generando reacciones airadas y reprochables de la comunidad, como la presentada en Santa Lucía donde una muchedumbre linchó a un presunto atracador. En ese mismo sector, la comunidad sigue reclamando presencia continua de la Policía, habida cuenta el aumento de tráfico, tanto peatonal como vehicular con la puesta en servicio de la Estación Madre Bernarda de Transcaribe.
INDIFERENCIA
"Después que los ladrones se fueron, unos ‘pelaos’ que estaban allí me preguntaron: ¿te atracaron, verdad? Entonces yo con rabia les respondí: no, les preste el bolso para que se lo llevaran", contó la mujer que sigue indignada por la inseguridad que la sigue afectando.
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