Tal vez olvidó el camino a casa y deambula por algún lugar en el que nadie ha podido identificarla y ayudarla a regresar. Quizás solo se fue sin decir adiós, o se encuentra en algún sitio contra su voluntad.
No se tiene ninguna certeza sobre el paradero de Yira del Rosario Correa Camacho, pero para su familia lo más importante es encontrarla y así acabar con la angustia y la incertidumbre que viven hace un año, cuando esta mujer de 45 años y residente en la carrera 100 del barrio San José de Los Campanos de Cartagena extrañamente no volvió a casa. Allí la esperaban dos de sus tres hijos.
“No es ese tipo de personas que se desparecen, así por así. A su hijo menor le dan ataques de epilepsia, siempre vivió con él y siempre estaba muy al pendiente de él. En principio pensamos que eran deudas, pero las únicas deudas que dejó eran dos meses de arriendo y el recibo de la luz que ya está pago”, cuenta Fanny Camacho, madre de Yira del Rosario.
CON SU PAREJA
Villa Nueva, Santa Rosa, Pasacaballos, Henequén y Bayunca son solo algunos de los sitios recorridos por familiares de Yira del Rosario Correa en su búsqueda. Acudieron a hospitales, estaciones de policía, a la morgue y al barrio El Campestre, lugar donde fue vista por última vez, el 4 de septiembre de 2014.
“Ella recibió una llamada, el celular lo tenía dañado y puso el altavoz para poder escuchar, las hijas escucharon toda la conversación. Era el señor con el que ella tenía una relación sentimental. Yira salió de aquí por una llamada que él le hizo, le dijo que a las 5:30 se encontraban en el colegio 20 de Julio. A ese señor lo han citado dos veces en la Fiscalía pero no da respuestas de nada”, narra Miguel Correa, hermano de la mujer desaparecida.
Más tarde, a las 8 de la noche de ese 4 de septiembre, Yira del Rosario se comunicó con sus hijos, fue la última llamada que recibieron de ella, desde entonces tiene el celular apagado. “Dijo que ya iba para la casa, pero nunca llegó”, añade el familiar.
SIN PISTAS
En El Campestre, Yira recogería un dinero de un anticipo, producto de su trabajo como organizadora de eventos. Pero sus familiares desconocen quién le entregaría esa plata. Su pareja sentimental era un hombre casado que afirma no saber cuál es su paradero.
“Después de tres meses en la Fiscalía dijeron que la investigación la iban a pasar al Gaula, pero tampoco se ha tenido nada en concreto. Lo único que me dicen es que ella está viva. En la Fiscalía nos dieron una carta para que rastrearan todos los registros de su celular pero con eso no ha pasado nada”, explica doña Fanny.
“Es una experiencia angustiosa, vivir con esta incertidumbre es algo es duro, más duro que un duelo. Es algo que no se los deseamos a nadie”, menciona por teléfono Verónica Correa, hermana de Yira, quien vive en Bogotá, pero nunca dejar de estar al pendiente de su búsqueda.
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