La vida de Kevin Varón Pérez pende de un hilo.
Sus parientes dicen que los médicos no creen que sobreviva al balazo que un sicario le dio en la cabeza, pero ellos se aferran a un milagro.
“Los médicos esperan que todo su sistema nervioso deje de funcionar y que le de un paro de forma silenciosa, pero seguimos teniendo la fe de que Jehová lo va a salvar. Él es el único que da la última palabra cuando el hombre no da esperanzas”, indicó Claudia Castro, familiar del herido.
Este permanece internado en la Clínica Madre Bernarda. El joven tiene 20 años y estudia producción industrial en el Sena. El sábado en la noche, estaba en el sector Las Américas de Olaya, cerca de su casa. Lo acompañaban un primo y un amigo, cuando un sicario, que iba de parrillero en una moto, se le acercó y le dio el balazo.
El agresor huyó y al herido lo llevaron al centro médico en el que está. Sus parientes desconocen móviles del ataque, pues aseveran que Kevin no tiene líos.
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