Nando no quiere dar tanto “visaje” por eso prefiere seguir conversando con la señora de los bolis para distraer a un patrullero que camina por su cuadra con mirada sigilosa en un popular sector de un barrio de Cartagena. Nando compra un boli para calmar la sed y cruza rápidamente hasta la casa de “El Cheo”, quien lo conduce hasta la última habitación y le entrega una bolsa negra. Sale de forma cautelosa, sonríe a un grupo de jovencitas que pasan por su lado y entonces se dedica a -trabajar-.
¿La escena? Cada vez más común en Cartagena. Después del operativo que se llevó a cabo en el Bronx, una de las zonas más peligrosas de Bogotá, el negocio de las drogas volvió a preocupar al país. El tráfico de estupefacientes al menudeo sigue latente en cada una de las regiones colombianas y aunque la Policía diseña, articula y emplea un arsenal de estrategias para acabar con los grandes y pequeños distribuidores, el negocio parece infranqueable.
Cartagena, ciudad turística que todo el tiempo está recibiendo visitantes, se convierte en un escenario predilecto para “jíbaros” que ofrecen drogas variadas para foráneos y nativos. La banda “Los Osos” por ejemplo, cuyos integrantes (19) fueron capturados en octubre de 2015, se dedicaban a la extorsión y distribución de sustancias psicoactivas a extranjeros en el Centro Histórico de la ciudad. Como toda organización criminal “Los Osos” tenían su centro de acopio, una vivienda en el barrio Getsemaní y durante el operativo de captura, la Policía les halló a todos sus integrantes dosis de marihuana y cocaína en diferentes gramos.
“La operación para capturar a “Los Osos” tuvo un trabajo previo de investigación que duró entre 8 y 10 meses. Tuvimos que interceptar líneas telefónicas, una agente tuvo que hacerse pasar como trabajadora sexual para contactar a uno de los grandes expendedores así como vigilar diferentes sectores del Centro Histórico para lograr desmantelar la banda”, indicó al ElUniversal.com.co un agente de La Sijin.
Pero más allá del Centro Histórico, en los barrios de las localidades 2 y 3, el panorama sigue preocupando a las autoridades quienes reconocen que en los últimos años el negocio de la droga se ha disparado y con ello, el aumento de expendios al interior de las comunidades y cerca a zonas educativas. En barrios como Ceballos, Pozón, Chiquinquirá, Olaya Herrera (sector Central) y La Candelaria, el tráfico de drogas al menudeo mantiene en alerta a las autoridades. En muchas de estas comunidades, que ya son objetivos operacionales, se fabrica y se vende marihuana y bazuco.
Algunos “jíbaros” también optan por buscar a sus clientes a las afueras de las instituciones educativas donde camuflan la dosis como dulces. Otros ubican en su casa una zona de expendio y desde allí reciben la visita de consumidores.
Aunque el mayor Harvey Silva, comandante de la Sijin de la Policía Metropolitana de Cartagena, descarta que en la ciudad exista algún sitio como el ‘Bronx’, desde su dependencia se confirma que se han erradicado sitios de expendios de alucinógenos conocidas como “ollas”. (Lea aquí:"En Cartagena, el microtráfico no es fijo": autoridades)
“En el 2012, con el lanzamiento de la Estrategia contra el Tráfico de Estupefacientes en Menores Cantidades (ETEMC) identificamos 217 expendios que atacamos en varios operativos. En 2013 eran 118, después 91, luego 47 y se había llegado a un margen del 15% de expendios que aún quedaban por erradicar, sin embargo la demanda de consumidores ha aumentado. Las organizaciones criminales exportan el 70% de la droga y el 30% se queda en el país, lo que fomenta la proliferación de los expendios en las diferentes ciudades”, explica un agente del grupo de Estupefacientes de la Seccional de Investigación Criminal de la Policía Metropolitana de Cartagena.
Es decir, mientras unos se combaten y erradican, nuevos crecen y se multiplican, como un virus. El secretario del Interior del Distrito, Fernando Niño, manifestó que en la actualidad “cinco bandas de microtráfico tienen el control de las drogas en por lo menos 35 barrios de Cartagena, ubicados en las zonas norte y suroriental de la ciudad”.
'OLLAS' INTERVENIDAS
En barrios como La Reina, Las Lomas y La Quinta fueron erradicadas varias ollas de microtráfico. En la popular calle del “Crack” en el barrio Las Lomas, la fabricación, porte y tráfico de alucinógenos constituía el trabajo de muchos de sus residentes. En este sector de influencia delictiva capturaron en el año 2013 a siete integrantes de la banda “Los del crack” quienes utilizaban sus viviendas para el expendio y consumo de estupefacientes. (Lea aquí:Desmantelada banda delincuencial “Los del crack” en el barrio Las Lomas)
El Callejón Carrillo del Barrio Chino fue otro de los focos intervenidos por la Policía Metropolitana de Cartagena. Este lugar destinado para el consumo y la venta de alucinógenos hoy se recupera en un espacio más tranquilo para sus habitantes. Las escenas de delincuencia, habitantes de calle que llegaban a comprar y a consumir droga se han disipado gracias al accionar constante de las autoridades.
Otras ollas de vicio que fueron erradicadas son: Invasión 27 de julio en el barrio La Reina, la calle Nueva en el barrio La Quinta.
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¿QUÉ SE CONSUME?
Según datos suministrados por el grupo de investigaciones de Estupefacientes de la Sijin, las drogas de consumo diario en Cartagena son:
Marihuana: el cannabis es la droga que más se consume en la ciudad. Su precio en los expendios es de 1 mil o 2 mil pesos por una dosis personal que equivale a 20 gramos. Muchos “jíbaros” solo venden como dosis personal entre 5-10 gramos.
Marihuana Cripy: es una droga de producción casera. Se utilizan químicos para que la planta no crezca muy alta sino que sus ramas sean más abundantes. Esta droga se consigue en la ciudad por un valor de entre 5 mil a 20 mil pesos por dosis. La Cripy tiene mayor concentración de tetrahidrocannabinol, el principal constituyente psicoactivo del cannabis.
Cocaína y sus derivados: en algunos lugares de expendio la cocaína y afines reciben el nombre de Tulitas, Bazuco y Perico. Esta droga es ligada con sustancias como bicarbonato, cafeína, cal, ladrillo, tiza china, entre otros, por eso su precio varía entre mil o 2 mil pesos por gramo. En algunos sectores se conocen como el “chocolate” o el “batido”.
Heroína: en la ciudad es poco usual el consumo de esta droga. Pues su distribución es mucho más costosa y la forma como se consume, inyectable, es poco requerida en el mercado local.
Drogas sintéticas
La venta de drogas sintéticas en Cartagena toma auge durante la realización de festivales de música electrónica. Entre las más apetecidas por los consumidores están:
Éxtasis: la Policía descubrió que muchos expendedores camuflan medicamentos como el Ribotril o el Clonazepam, que son utilizados para tratar pacientes psiquiátricos y los venden durante estos eventos como “éxtasis”. El precio de una pastilla es de 30 mil pesos en adelante.
Popper: su tráfico también es poco, pero se ha identificado que es usual su venta en Sexshops donde lo compran para el uso con fines sexuales.
Las drogas se venden durante todo el día, pero la Policía ha logrado identificar algunas horas de mayor tráfico: Entre 6:00 am – 7:00 a.m o después de 6:00 p.m
¿UN NEGOCIO DE FAMILIA?
La captura de la banda “La Familia” en Torices el pasado 2 de junio evidencia una trágica realidad. El negocio del microtráfico se está apoderando de los núcleos familiares. En algunos casos, comienza la venta de alucinógenos con la participación de dos o tres miembros, y en otros termina siendo un -trabajo- que se hereda. El grupo de investigaciones de la Sijin en Cartagena sustenta este fenómeno con varios casos en diferentes sectores de la ciudad. (Lea aquí:Cae familia que expendía droga en Torices y otros barrios de Cartagena)
“En el barrio Ceballos hemos identificado gracias a labores de inteligencia, un grupo de personas, integrantes de una misma familia dedicadas a la venta de droga. El microtráfico se convierte en un negocio de familia donde vende el abuelo, el padre, el hijo y luego los nietos”, anota un agente.
La investigación y seguimiento de este grupo familiar sigue en pie, por eso, las autoridades no revelan más detalles del accionar de esta banda. En el barrio San Isidro, la Policía Metropolitana dio captura a varios integrantes de una misma familia que lideraban la venta de droga en esta comunidad.
“Como son del mismo núcleo familiar, tiene asignadas sus funciones. Hay quienes se dedican a empacar, otros realizan el contacto con los distribuidores, otros la venden y otros actúan como campaneros, es decir, vigilan la zona donde se ubica el inmueble donde se guarda la droga”.
¿CÓMO FUNCIONA EL NEGOCIO?
La rentabilidad del negocio del microtráfico es alta, por eso muchas personas se ven motivadas a ingresar al narcomenudeo.
“El distribuidor mayorista entrega a un minorista un kilo de marihuana que oscila entre los 300 mil o 500 mil pesos. Este distribuidor da un plazo de ocho días para venir por su dinero. Luego, el minorista la muele para extraer (500 dosis) de 2 gramos que si las vende a 2 mil obtiene una ganancia de 1 millón de pesos. Es decir, una rentabilidad del 100 por ciento”, explican las autoridades.
Muchos “jíbaros” emplean estrategias de venta que van desde el gramo de droga acompañando de un fósforo y un papel que venden en 2.500 pesos o venden el cigarrillo de marihuana armado por 3 mil pesos.
El microtráfico está ligado también al consumo de licor, según las intervenciones realizadas por la Sijin, se demuestra que el consumidor de licor a menudeo es un potencial consumidor de droga.
NUEVA OFENSIVA
En la actualidad, la Policía Metropolitana de Cartagena lleva a cabo varias investigaciones para desarticular organizaciones delictivas conformados por miembros de una misma familia y que han adquirido viviendas en algunos sectores de la ciudad para mantener el negocio de la droga.
“Tenemos identificadas 3 viviendas donde se evidencia el expendio y tráfico de estupefacientes. También estamos trabajando en una operación que busca desmantelar una red dedicada a la venta de drogas por domicilio. Encontramos que a través de aplicaciones como WhatsApp diferentes consumidores y distribuidores se unen para concertar venta de alucinógenos. Pactan a través de esta aplicación fecha, precios y horas de entrega de la droga”, afirmó el agente.
OTRAS CAPTURAS
BANDA LOS VECINOS
Esta organización delincuencial tenía su centro de operación en el barrio El Líbano. Según las autoridades, esta banda comercializaba estupefacientes a estudiantes de instituciones educativas como: Playas de Acapulco, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Institución Educativa El Líbano entre otros de la zona.
BANDA LOS DEL PEDREGAL
La operación “República III” se materializó en el Centro Histórico de la ciudad, mediante labores de inteligencia y seguimiento, así como varias diligencias de allanamiento y registro que llevaron a la captura y judicialización de los 15 integrantes de esta organización delincuencial, incluyendo a los dos principales cabecillas identificados con los alias de “Nando” y el “Gordo”, quienes de acuerdo a las investigaciones realizadas, lideraban esta actividad criminal desde hace 15 años.
BANDA LOS TANGALÁ
Se estableció que esta organización delincuencial utilizaba fachadas para la comercialización de estas sustancias en viviendas en donde las ofrecían a un costo muy bajo y que las portaban en pequeñas cantidades para evitar ser judicializados. Muchos de sus integrantes camuflaban los alucinógenos en partes estratégicas como: genitales, medias, bolsos y otros propios del entorno para evadir el control policial.
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