Fueron dos años y casi siete meses los que Javier Martínez Castellón pasó encerrado en la Cárcel de Ternera, tras ser señalado de un acto aberrante: abusar sexualmente de una de sus hijas. Ayer, luego de cinco largas audiencias que hicieron parte del juicio oral que se libró en su contra, fue absuelto. El Juez Segundo Penal del Circuito de Conocimiento lo declaró inocente tras una diligencia que se hizo el martes en el edificio Almirante, junto a la plaza Benkos Biohó, en el Centro Histórico. “Somos una familia pobre, pero hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance y se hizo justicia, se demostró que contra Javier lo que hubo fue todo un montaje para perjudicarlo. Yo no guardo rencor a nadie, Dios es el justiciero y se encargará de quienes lo inculparon”, dijo Rodolfo Martínez, padre del hombre absuelto por la justicia.
Los hechos
El hecho por el que fue procesado Javier Martínez Castellón, quien tiene 51 años, tuvo su punto cumbre el 9 de marzo del 2014. Ese día, acudía a las urnas a ejercer su derecho al voto en las elecciones del Congreso, cuando fue aprehendido por miembros del CTI de la Fiscalía, en Torices, por el delito de acceso carnal abusivo agravado con menor de 14 años. La razón, la madre de una de sus hijas, con quien ya no convivía, lo había denunciado porque supuestamente había abusado de la menor. En la denuncia, se indicaba que el hombre había abusado de la niña desde el año 2010, cuando esta tenía 13 años. Todo empezó cuando Javier se separó de su mujer en 2010. Dos años después, su excompañera le pidió que se llevara un tiempo a vivir con él a su hija (la supuesta víctima). Casi dos años después, según indicó la denunciante a las autoridades, dijo que se había enterado que la menor era abusaba sexualmente porque la hermanastra de esta se lo dijo.
Dicho testimonio, igual que entrevistas realizadas a la niña y pruebas técnicas, fueron determinantes para que aprehendieran y enviaran a la Cárcel de Ternera a Martínez, quien era entrenador de voleibol y árbitro de la Liga de Béisbol. “La cárcel fue dura para él, era inocente. Su familia sufrió mucho. La primera vez que lo fui a visitar estaba intranquilo, fue difícil. En la cárcel aprendió inglés y se entregó de lleno a Dios”, explicó el padre del procesado. Durante el proceso, dos abogados fungieron como defensores de Martínez y hace varios meses el caso lo asumió el penalista Hugo Guzmán Fonseca. “Se hizo el juicio oral, fueron audiencias extensas.
En la última -que se hizo el martes- indiqué al juez que lleva el caso que no tuviera en cuenta los testimonios presentados por la Fiscalía. En los relatos de los testigos presentados por la Fiscalía había contradicciones de modo, tiempo y lugar en los que ocurrieron los supuestos hechos. Por eso, el juez acogió mis planteamientos y decidió dictar sentencia absolutoria a favor de Javier Martínez, ordenando que se le pusiera en libertad de inmediato. Ahora se espera una reparación directa, pues se va a presentar una demanda contra el Estado por daños y perjuicios causados durante más de dos años al señor Martínez y a sus familiares, quienes sufrieron perjuicios económicos y de salud”, concluyó el abogado Guzmán Fonseca.
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