Los parientes de Roberto Carlos Fernández De Orta están seguros que le cumplieron una amenaza de muerte.
Al joven, de 21 años, lo mataron el sábado a las 7 de la noche. Estaba junto a la terraza de su casa en la calle Colombia, en el sector Central de Olaya Herrera cuando fue sorprendido por un sicario.
Recibió un balazo que le afectó el corazón. El sicario, que iba de parrillero en una moto, huyó y al herido lo llevaron sus parientes a la policlínica de Olaya Herrera, pero llegó sin signos vitales. Los parientes del joven aseguraron que lo mataron por un viejo problema. Dijeron que lo culpaban de la muerte de Ramón Rodríguez Castellón, quien fue asesinado a pedradas y cuchilladas el 16 de octubre de 2012. “Ese día hubo una pelea porque mi hijo estaba sentado en una tienda cerca de la casa y un primo que se llama Danny le dio una cachetada. Por eso empezó el problema. Ramón acompañaba a Danny, y Roberto y otros cinco amigos que estaban con él, le cayeron.
Roberto sí lo agredió, pero no fue él solo. No fue él quien lo mató. Después de eso a mi hijo Roberto lo amenazaron varias veces de muerte. Dijeron que la tenía que pagar. Ayer- sábado- varios conocidos me dijeron que escucharon a ‘el Bobito’ cuando decía que mi hijo la iba a pagar y que ya ‘estaba pago’. Después fue que lo asesinaron”, narró Roberto Fernández Gélez, padre de la víctima.
LE TOCABA
Parientes de Roberto dicen que el día de su muerte acababa de sentarse en la terraza de su casa cuando el sicario pasó y le disparó cuatro veces. El joven alcanzó a correr, pero una de las balas le hizo blanco en el brazo izquierdo. Contó con mala suerte, pues la bala le atravesó la extremidad, se le incrustó en el tórax y terminó llegando a su corazón, marcando su fatal destino.
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