Aunque fue bautizado con el nombre de Agustín de Jesús Orozco Arbeláez, era conocido como el Che Guevara del barrio San Diego. El hombre era un personaje popular, que se había vuelto parte del Centro Histórico, donde tenía su famosa tienda en la calle La Necesidad, también llanada “El Che”.
Allí se la pasaba todo el día, vendiendo y tomando cervezas. Su barba negra y tupida, y su boina negra, le valieron su apodo. Pero los estudiantes y bohemios que visitaban su negocio en busca de cerveza barata ya no lo verán más. Ayer, a las 5 de la tarde, el hombre fue encontrado muerto dentro de su negocio. Murió sin su boina puesta, pero en el entrañable negocio en el que se mezclaban las salsa, los boleros y la bohemia.
Estaba tendido en el piso y las causas de su muerte no se determinaban hasta ayer. Aunque se decía que habría recibido una descarga eléctrica al tocar un artefacto, otros rumoraban que habría sufrido un infarto.
Miembros de la Sijín llegaron al lugar y realizaron la inspección técnica del cuerpo, que fue llevado a la morgue de Medicina Legal en Zaragocilla. Allí, peritos del instituto le harán una necropsia para determinar las causas de la muerte.
El Che tenía 54 años y era oriundo de Vicente, Antioquia. Tenía 34 años en Cartagena y no deja hijos, pero sí un gran número de amigos y de personas que lo apreciaban.
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