Las autoridades tratan de establecer qué fue lo que motivó la muerte de Humberto De Ávila Caraballo. El hombre de 54 años fue asesinado ayer en la madrugada en el barrio El Toril.
Parientes indicaron que cuatro jóvenes, que están identificados, lo agredieron y uno de ellos le dio cuatro balazos que le causaron la muerte casi en el acto.
Los familiares de la víctima están dolidos. Aseveran que no había motivos para que mataran a Humberto y dicen que este nunca había tenido líos con sus agresores.
De Ávila Caraballo hacía distintos oficios. Regularmente le ayuda a cobrar a un primo que presta dinero al interés. Su hija Zuley De Ávila contó que el domingo en la noche, Humberto estaba en su hogar, en la calle Tercera de Las Flores del barrio La Quinta. Se tomaba unas cervezas con familiares y amigos del barrio vecino de El Toril. Pero la alegría y la fiesta acabó al llegar la madrugada de ayer.
Zuley relató que a las 2 a. m. su padre salió del inmueble. Decidió acompañar a un amigo que vive cerca a su casa, en El Toril, temiendo que algo malo le pasara si iba solo. Cumplió su objetivo: dejó a su amigo en la seguridad de su hogar, pero cuando regresaba al festejo, se encontró con la muerte.
Sus familiares contaron que en una esquina de El Toril se encontró con cuatro jóvenes que residen en esa zona. “Los muchachos lo llamaron y cuando Humberto se acercó a ver qué querían, le dieron dos balazos. Pese a que estaba herido, corrió. Pero unos metros después cayó al piso. Allí fue que se le acercaron y le dieron otros dos balazos”, contó un pariente.
Los agresores huyeron y el herido fue socorrido por policías, quienes llamaron una ambulancia. El herido fue llevado a la Clínica Crecer, pero llegó muerto. Las balas le perforaron varios órganos vitales.
Se conoció que sus presuntos agresores son jóvenes reconocidos por los alias de ‘el Lionar’, ‘el Pulguita’, ‘el Señor de los Cielos’ y ‘el Simoncito’. Se dice que estos se la pasan lanzando piedras hacia el sector en el que vivía Humberto, por lo que se investiga si el problema podría obedecer a un lío de líneas imaginarias.
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