Absurda, vil. Esos son algunos de los adjetivos que le dieron los familiares de Nayib Arenas Torres a la acción de los dos sujetos que ayer en la madrugada le causaron la muerte. Mientras llegaba a su casa, en la calle Pedro Barrios de Piedra de Bolívar, recibió un balazo en la boca que terminó por llevarlo al sepulcro. Y todo por no regalar un poco de gasolina.
La víctima tenía 33 años y era mototaxista. Vivía en la calle donde fue baleada y los suyos contaron que el domingo en la noche se fue a donde una hermana que vive a pocas cuadras de su hogar. Había una fiesta y allí estuvo hasta las 3 de la madrugada de ayer, cuando decidió que era tiempo de acabar con el festejo e irse a descansar. Se iba a pie, pero un allegado le prestó una moto. Abordó el vehículo y partió en este, pero en el camino se encontró con la muerte. Dos sujetos se le cruzaron en la vía y lo obligaron a detenerse. “Uno de ellos le dijo que tenían varada la moto y por eso le pidió que les diera gasolina. Pero Nayib estaba en tragos y les dijo que no les iba a dar nada y siguió”, contó María Torres Berrío, tía de la víctima.
Pero su marcha duró poco. Iba despacio subiendo una loma y estaba a escasos metros de su hogar cuando los dos sujetos corrieron y lo alcanzaron. Sin más allá y sin más acá, uno de ellos sacó un arma de fuego y le dio un balazo en la boca. La víctima cayó de la moto y sus agresores huyeron a pie, dejando abandonado el vehículo en el que estaban, que seguía sin encender por falta de gasolina. Un amigo de Nayib notó lo que pasaba y se acercó a ayudarlo. Lo llevó al Hospital Universitario del Caribe, pero ya era tarde. El baleado llegó sin signos vitales. Instantes después, allegados del difunto intentaron quemar la moto que dejaron abandonada sus agresores, pero policías llegaron y lo evitaron, llevándose el vehículo. La Policía analiza relatos de testigos y está tras la pista de los asesinos de Arenas.
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