Los parientes de Julio César Agresott Valencia aseguraron que hace cinco días la mujer de un vecino llamado Eduardo, con el que tenía problemas, llegó al negocio de su mamá, en el Mercado de Bazurto, y le mostró a esta una bala. Según ellos, le dijo que con ese proyectil su marido iba a asesinar a su hijo Julio.
Los familiares de Agresott Valencia le contaron a este lo que había pasado, pero nunca creyeron que la amenaza terminara por convertirse en realidad. El sábado, a las 7:30 de la noche, Julio César caminaba por el segundo callejón del sector Ricaurte, en Olaya Herrera, a solo unas casas de donde vivía, cuando fue increpado. Sus parientes indicaron que el vecino con el que tenía el problema lo sorprendió dándole un balazo en el pecho y luego, cuando estaba en el piso, lo cogió por el cabello y le levantó la cabeza, y le dio otros cuatro más.
El agresor huyó y, en un desesperado intento por salvarle la vida, a Julio lo llevaron en una moto a la policlínica de Olaya, pero como en el centro médico no están atendiendo urgencias, lo trasladaron a la Clínica Madre Bernarda. Allí, los médicos confirmaron que había llegado sin signos vitales.
Solo unos segundos después del ataque, la comunidad y allegados a Julio atacaron al supuesto agresor con palos y piedras. Intentaron lincharlo, pero integrantes de la Policía Metropolitana de Cartagena, en una rápida intervención, lo evitaron. En una patrulla lo llevaron a una clínica, donde está bajo cuido policial. Se esperaba que ayer lo llevaran ante un Juez con funciones de Control de Garantías.
Por mediar en riña
Julio Agresott vivía en el sector Ricaurte con su mujer y sus dos hijos, uno de 2 meses y el otro de 3 años. Se ganaba la vida como mototaxista, pero también hacía trabajos de albañilería.
Sus parientes explicaron que los problemas con su presunto asesino comenzaron en septiembre pasado. “Todo empezó porque Eduardo - presunto asesino- estaba peleando con otro hombre. Al sitio llegó Julio César y se puso a apartarlos para que no pelearan y así evitar una tragedia. En medio de todo el otro hombre que iba a pelear tiró una piedra y le dio a la mujer de Eduardo. Este se puso rabioso y después estaba culpando de eso a Julio. Desde ahí empezó a amenazarlo y a molestarlo”, contó un pariente del hombre asesinado.
El día de su muerte Julio César trabajó arduamente y a las 6:30 de la tarde llegó a la casa de su mamá, a unas tres cuadras de donde vive. Allí habló con sus familiares y luego, a las 7 de la noche, salió rumbo a su vivienda, donde lo esperaban su mujer y sus dos hijos.
“Llegó a su casa y de inmediato salió para la tienda porque a su hijo menor le faltaban pañales, por lo que fue a comprarlos. Iba caminando y pasó por una tienda en la que estaba tomando el vecino con el que tenía el lío. Cuando el vecino lo vio, enseguida salió, sacó un arma y le disparó”, explicó una tía de Julio. Las autoridades investigan el hecho para esclarecer el móvil del crimen.
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