Las agresiones contra las mujeres siguen y mientras hoy se conmemora el Día Internacional contra la Violencia de Género y ayer hubo manifestaciones en el Centro para exigir respeto de los derechos de estas, en los barrios 20 de Julio y San Fernando lloran a las víctimas más recientes en la ciudad.
Se trata de Sormile Ciro Orozco y Maritza Julio González, dos amas de casa asesinadas el sábado en hechos aislados. El misterio ronda sus muertes, una de ellas degollada dentro de su casa y la otra baleada por un sicario, pues hasta ahora se desconocen los móviles o autores de sus asesinatos.
Le mataron al marido
La primera en ser asesinada fue Maritza Julio, de 41 años. El sábado, a las 11:30 de la mañana, la mujer caminaba de regreso a su casa, en el sector Villa Rosa del barrio 20 de Julio, y llevaba en sus brazos a uno de sus dos nietos, un bebé. El otro caminaba agarrado de su mano.
Eso no le importó a su asesino, que sin contemplación se le acercó y le dio un balazo en la cabeza. El sicario huyó y a la herida la llevaron a la Clínica San Juan de Dios, donde murió instantes después. Sus parientes dijeron que no tenía amenazas. Las autoridades investigan si su crimen tiene relación con el de su marido, Ismael Escorcia, quien fue asesinado de cinco balazos el 9 de noviembre pasado, con quien tenía nueve años de matrimonio.
Dicen que a Ismael lo mataron delante de Maritza y que el verdugo le dijo a esta que se fuera, perdonándole la vida. Esa vez se salvó.
De Sormile Ciro, de 31 años, y oriunda de Rionegro, Antioquia, se sabe que llegó hace dos meses a Cartagena, a la calle Calamary 2 de San Fernando, donde vivía alquilada en un apartamento de segundo piso con su marido y su hija, de 13 años.
“Su familia tiene una tienda en Baranoa (Atlántico) y allá estuvo varios días, hasta el viernes que llegó en la noche en medio del aguacero”, contó una allegada. El sábado dormía en su cama y su hija salió por un momento. Al regresar, a las 5 de la tarde, la halló muerta en la sala con cuatro heridas en le pecho y una más en el cuello. Al parecer, la adolescente se cortó en las manos ante la cruda escena. Los vecinos están extrañados pues aseguran que hasta antes que llegara la adolescente no escucharon gritos en el apartamento.
Las autoridades desconocen quién y por qué motivo la mató. Versiones indican que dos sujetos con cascos entraron al apartamento ese día, cerca de las 4 de la tarde. Sin embargo, la Policía no confirma esa versión. Hasta ahora el asesinato es un completo misterio. Las autoridades analizan pistas.
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